Averigua si te estás masturbando mal y corres el riesgo de ser eyaculador precoz

Algunos dicen que el origen de la eyaculación precoz hay que buscarlo en el número de masturbaciones; a mayor asiduidad, mayor riesgo de terminar siendo fugaz en tus relaciones. 

 

El día en el que te masturbas por primera vez algo en ti comienza a cambiar para siempre: has despertado al sexo. Aunque, claro, debes hacerlo en secreto, encerrado en el baño o en tu habitación. Y ese secretismo va acompañado, además, de las prisas. Prisas por terminar y que nadie te descubra. ¿Normal? Claro que sí, nadie quiere verse sorprendido en un acto tan íntimo. ¿Peligroso? También, en cierto sentido, porque no masturbarse correctamente puede convertirse en el germen de un grave problema: la eyaculación precoz. Por eso está bien hablar claro sobre la masturbación masculina. Aquí está la guía para utilizar bien este recurso de autosatisfacción sexual y para saber exprimir sus beneficios.

Algunos dicen que el origen de la eyaculación precoz hay que buscarlo en el número de masturbaciones; a mayor asiduidad, mayor riesgo de terminar siendo fugaz en tus relaciones. Primer mito desterrado: no es así. El coach de parejas Marco Di Calderón asegura que el problema no es el cuánto, sino el cómo. Hacerlo rápidamente, teniendo únicamente en la cabeza el momento del clímax, es lo que realmente puede terminar programando nuestro cerebro de un modo equivocado. El cuerpo y la mente se habitúan a lo que se les acostumbra y, por ello, si entienden que la estimulación sexual es únicamente un camino corto hacia el orgasmo, asumen que el proceso debe durar lo menos posible. Y, ¿qué es eso? Eyacular a los dos minutos escasos.

De ahí que los expertos en salud sexual establezcan una serie de recomendaciones para que los hombres se masturben de forma correcta. Es el caso, por ejemplo, del educador y terapeuta Giancarlo Tassara, autor del libro Domina tu orgasmo. En esta guía práctica se detallan las normas básicas de una correcta masturbación masculina. Estas son algunas de ellas.

  • Debes aprender a reconocer los niveles de excitación de tu cuerpo para aprender a controlarlos. Estableciendo un ranking de niveles y aprendiendo a aumentar o reducir la excitación sexual durante la masturbación, se podrá retrasar el orgasmo a voluntad.
  • Debes jugar con tu respiración. Esto hará que te relajes y que no llegues al punto de sobre-excitación demasiado rápido. Un ritmo acelerado, un ritmo descompasado en la entrada de oxígeno en el cuerpo, hará que se pierda la capacidad de autocontrol.
  • No hay que dejarse amedrentar por lo que vemos en el porno. La industria pornográfica se ha encargado de decirnos que el acto sexual debe ser intenso y debe también durar horas y horas. Y eso, agobia.

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No hay que olvidar que una de las causas más habituales de la eyaculación precoz es la psicológica y que, además, resulta más difícil de tratar que las meramente médicas. Se trata de un círculo vicioso en el que uno pierde autoconfianza y termina engordando esa tendencia hasta convertirla en un auténtico problema. La base de la eyaculación rápida se coloca practicando una incorrecta masturbación porque, una vez el cuerpo se ha acostumbrado a ello, la autoconfianza empieza a disminuir hasta que hace caer en un cuadro claro de eyaculador precoz.

Por eso, hay que acostumbrar al cuerpo a tardar lo que tiene que tardar y debemos respetar a la masturbación como un ejercicio con un sinfín de beneficios. Además de prevenir el cáncer de próstata y la diabetes y de ayudar a sobrellevar el estrés y la ansiedad, numerosos estudios aseguran que refuerza de manera notable el sistema inmunitario.

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Además, debemos acostumbrarnos a entenderla como un ejercicio completo de relajación. Hay que tomarse el tiempo necesario para disfrutar de ella, convirtiéndola en una ceremonia del culto a uno mismo, sin acelerarse, evitando que el cerebro entienda que debe llegar rápidamente al final. Solo de esta manera encontraremos en la masturbación lo que de verdad debe significar: un regalo personal y una herramienta de autoconocimiento sexual.