Que sí, que los niños son muy monos y nos gustan mucho. Sobre todo, si son de los demás. Porque una cosa es aguantar a tus sobrinos una tarde haciéndote la tía enrollada y otra muy distinta es ser responsable de una vida, cuando ni siquiera tienes claro lo que quieres hacer con la tuya. Así que has decidido, por el momento, empezar a tomar anticonceptivos -o seguir tomándolos-, pero tu cabeza está hecha un lío con tanta alternativa y aún no sabes cuál es la mejor opción para ti.
Tranquila, porque has llegado al lugar indicado: la guía definitiva para entender en qué consiste cada método anticonceptivo femenino. Por el mismo precio, te contamos también cuál es el precio a pagar por esa libertad que te permitirá fornicar despreocupadamente: los efectos secundarios. Porque sí, amiga, todos los anticonceptivos hormonales tienen efectos sobre nuestro cuerpo. Y algunos dan verdadero yuyu.
Píldora
El método hormonal por excelencia; son las pastillitas que guardaba tu madre en la mesita de noche y que más de 100 millones de mujeres en todo el mundo elige para no quedarse preñada. Se toma durante 21 días una dosis de gestágeno y/o estrógeno, cuya función es evitar la ovulación. Se descansa una semana al mes, período en el que perdura la protección frente a embarazos no deseados.
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Se han llegado a recetar como churros para cosas como regular el ciclo menstrual o mejorar el acné o el hirsutismo, un incómodo crecimiento del vello de las mujeres en zonas donde lo hace el de los hombres. Otros efectos que molan son la capacidad de hacer tus reglas menos dolorosas ¡Gracias, Señor!, aumentar tus senos y reducir el riesgo de enfermedad inflamatoria pélvica, evitar la aparición de quistes y prevenir el cáncer de endometrio y ovarios. Lo mejor: es efectiva desde la primera toma.
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Retención de líquidos, dolores de cabeza, cambios de humor, hipersensibilidad mamaria… Os suena, ¿verdad? Hay quien, después de mucho tiempo tomándola, siente cómo disminuye su deseo sexual. ¡Lo que faltaba por oír! ¿Para qué tomar algo que te permite follar libremente si ya no te apetece tocar a tu pareja ni con un palo? En casos más extremos puede producir trombos en la sangre -por eso se desaconseja a mujeres con mala circulación o fumadoras- o afectar al hígado. No protege contra las enfermedades de transmisión sexual y, lo que peor llevamos algunas: hay que acordarse de tomar la pastillita ¡cada puñetero día!
Anillo
Se trata de un anillo de plástico flexible, de unos cinco centímetros de diámetro, que se inserta una vez al mes como si fuera un tampón. Se lleva durante tres semanas y, tras retirarlo, hay siete días de descanso en los que baja la regla. Libera hormonas estrógeno y progrestina que son absorbidas por la mucosa de la vagina. De esta forma, se inhibe la ovulación y, a la vez, se espesa el moco cervical, frenando así la entrada de espermatozoides. Ah! También provoca una serie de cambios en el endometrio para evitar que, de colarse alguno, se encuentre demasiado a gusto.
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Los efectos beneficiosos son parecidos a los de la píldora: menos dolor y sangrado menstrual, regularidad del ciclo o disminución del acné. Además, es muy elástico y se adapta bastante bien, por lo que no es difícil de colocar.
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Provoca, generalmente, los mismos efectos secundarios que la píldora; calambres de estómago, dolores de cabeza, hinchazón e hipersensibilidad mamaria, aunque quizá sea algo menos problemático porque su dosis hormonal es más baja. Tampoco protege contra las ETS y puede provocar irritación vaginal o cambios en el flujo. Hay hombres que se quejan de que se nota durante el coito. Lo bueno es que, si molesta mucho, puedes sacarlo durante la relación sexual, ya que puede estar hasta tres horas fuera de tu cuerpo sin perder eficacia. Lo peor es que puede que se te salga -sea en medio del ajetreo sexual o yendo al WC estando estreñida- y ni te des cuenta. La clave es ir comprobando cada cierto tiempo que lo llevas puesto, ya que apenas se nota.
Parche
Seguro que has visto a chicas en el gimnasio con una especie de tirita en el culo, el abdomen o el brazo. Son los parches anticonceptivos y liberan hormonas lentamente a través de la epidermis. Deben cambiarse cada siete días, durante tres semanas consecutivas. Después, se deja pasar otra sin colocar el parche, momento en el que aparece la menstruación.
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Atención, olvidadizas: es práctico y muy indicado para vosotras. Los efectos beneficiosos también son parecidos a los de la píldora; reducir el dolor y sangrado menstrual, regular el ciclo o disminuir la presencia de acné.
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En teoría, dicen que el agua no le afecta, pero la verdad es que, si te duchas o haces natación a menudo, se puede despegar. A medida que pasan los días, el contorno del parche se va llenando de una roña compuesta, principalmente, por restos de tela procedente de la ropa. Recordad que, si se desprende, no se puede reutilizar, por lo que hay que ponerse uno nuevo. Suele aparecer irritación en la zona. Por eso, recomiendan colocarlo en sitios distintos cada semana.
Implante subdérmico
A pesar de llevar poco tiempo en el mercado español, está teniendo bastante éxito entre las usuarias. Es una barrita de unos cuatro centímetros que se inserta bajo la piel de la cara interna del brazo, convirtiéndote así en un cíborg incapaz de procrear debido al efecto inhibidor de la ovulación del etonogestrel, hormona que va liberando a lo largo de sus tres años de vida útil.
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Es el método más efectivo y te permite olvidarte de los anticonceptivos durante tres largos años. Los ciclos menstruales pueden ser menos frecuentes y menos dolorosos e, incluso, llegar a desaparecer. ¿Te imaginas tres años sin tener la regla?
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Además de los típicos efectos secundarios propios de otros métodos hormonales, suele provocar una bajada del deseo sexual, cambios de humor y brotes de acné. En algunas mujeres, la regla se hace más intensa, llegando a tener periodos muy prolongados o casi continuos durante los tres años. Un coñazo, vamos. Además, el implante se nota y en ocasiones puede provocar molestia o dolor. Y, al extraerlo, queda una pequeña cicatriz en el brazo.
Diafragma y capuchón cervical
Dentro de los métodos anticonceptivos de barrera, estos son los más utilizados. Se trata de un capuchón de látex o silicona que se introduce en la vagina, cubriendo el cuello del útero. Su misión es impedir la entrada de esperma y debe usarse junto a una crema espermicida; sustancia que, a su vez, destruye a los espermatozoides o inhibe su movilidad.
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Al estar libre de productos químicos, no produce efectos hormonales. También protege contra algunas ETS, como las clamidias. Y se puede insertar antes de empezar la relación sexual, así que no te cortará el rollo.
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Hay que dejarlo al menos seis horas después del coito para que actúe como barrera. No resulta demasiado fácil de poner y quitar. Y hay que encontrar la horma de tu zapato, así que, si nunca lo has usado, debes ir a un médico para que te indique cuál es el más adecuado para ti.
DIU
El dispositivo intrauterino puede ser de cobre o de plástico y se hace necesaria la mano de tu ginecólogo para su correcta colocación. Una vez dentro, el endometrio reacciona ante un cuerpo extraño y no es capaz de recibir al óvulo. Los hay que también liberan hormonas para espesar el moco cervical e inhibir la ovulación.
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Dura entre tres y cinco años. El DIU de cobre no tiene efectos hormonales. Puede hacer desaparecer la regla.
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El DIU hormonal provoca los mismos síntomas que el resto de métodos hormonales, como brotes de acné, cambios de ánimo, jaquecas, dolor pélvico y pequeñas hemorragias. También se da la posibilidad de sangrados dolorosos y abundantes en los primeros meses. Y no te extrañes si cambia el olor de tu vagina, pero debes hacerte controles médicos periódicos. No deja de ser una pequeña intervención, por lo que siempre puede haber riesgos en su inserción.
Condón femenino
Seguramente, habrás visto uno de estos en las clases de sexualidad del instituto. Y no, no era un chubasquero. Se trata de una funda de poliuretano de 17 centímetros que se introduce en la vagina antes del coito. Tiene un extremo cerrado y otro con un aro abierto flexible y más grande que queda en el exterior.
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Protege contra las ETS.
No tiene los problemas asociados a los métodos hormonales.
El aro exterior, bien utilizado y en la postura correcta, puede ser un buen estimulador del clítoris.
- Contras
Además de caro, es un método anticuado y poco estético.
Imposible quitarse de la cabeza el ruido: es como estar follando con una bolsa de la compra de por medio.
Hay mujeres a las que les cuesta colocarlo y puede moverse o deslizarse fácilmente.
Como puedes ver, tienes una amplia gama de opciones para protegerte de enfermedades de transmisión sexual y/o embarazos no deseados, así que, simplemente, elige la que mejor se adapte a tus gustos, filias y fobias. Lo importante es que, en cualquier caso, tus relaciones sexuales no supongan un riesgo para ti o tu pareja. ¿Ya lo tienes claro? Pues al lío.
Crédito de las imágenes: Sara Lorusso