El único rasgo que tienen en común los triunfadores

Se denomina ‘grit’ y fue definido por una psicóloga tras entrevistar a varios líderes mundiales de muchos sectores diferentes

Cuando piensas en alguien que tiene éxito seguramente vengan a tu mente diferentes personajes. Muchos de ellos del mundo del cine, de los deportes, de la ciencia o de la informática, por nombrar algunos. Normalmente, también, relacionamos el éxito con personas reconocidas mundialmente y que tienen altos ingresos. No obstante el éxito debe ser diferente para cada persona, el éxito debe significar lo que tú quieras que signifique. La cuestión, ahora mismo, no es esta. La cuestión es ¿por qué hay muchas personas que tienen éxito y otras tantas con los mismos talentos que no lo tienen? Y también, ¿por qué hay personas con muchísimo talento que no hacen nada de provecho y otras que teniendo muchas más limitaciones destacan en sus sectores?

La respuesta la tiene Angela Duckworth, psicóloga de la Universidad de Pennsylvania que para poder responder a sus dudas estudió, en primer lugar, a un grupo de cadetes en las primeras semanas de instrucción militar. En este estudio detectó que aunque las cualidades eran similares para la mayoría, algunos tenían éxito y otros no. Había tres cosas que destacaban en quienes triunfaban: el esfuerzo, el entusiasmo y la constancia. Lo que ella pasó a denominar: grit. La experta se dio cuenta que el grit se encontraba en absolutamente todas las personas con éxito a las que entrevistó.

Para expandir su descubrimiento, la psicóloga escribió un libro donde explicó sus estudios en el que añadió que realmente hacen falta solo dos factores para que una persona tenga el llamado grit: pasión y perseverancia. El motivo es que la pasión hace que nos esforcemos, es el motor que nos hace tener una meta y la perseverancia hace que no tiremos la toalla a la primera a pesar de que el camino esté lleno de obstáculos. Es muy importante saber que estos dos factores no están dentro de personalidad de repente, hace falta trabajar para ello y justamente por este motivo es que el talento no lo es todo.

El libro no se fija en su totalidad en explicar su hallazgo, sino también en promover cómo es posible entrenar el grit. En primer lugar la autora habla del interés, para ello necesitas tiempo para descubrir qué quieres, qué te interesa, qué deseas. A partir de tenerlo claro entra en juego la práctica, las personas con grit le dedican tiempo, energía y empeño, necesitas dedicarte a ello para poder dominarlo. La práctica nunca se deja lo que sí ocurre es que esa práctica tiene un propósito, debes encontrar la manera en que eso que te interesa tenga una meta. El último punto es el más sorprendente: la esperanza. La autora explica que la esperanza es la convicción de que todo irá bien gracias a nuestro esfuerzo, solo si queremos conseguirlo lo haremos. Es una realidad.