Tres pasos infalibles para poder recordar todo lo que aprendas

La memoria es una de las propiedades más difíciles de retener y será posible hacerlo con un sencillo ‘juego de niños’

El verano es una época de descanso siempre y cuando no seas de esas personas que tienen que recuperar en septiembre algunas asignaturas que se quedaron atrás al final del curso anterior. Y es que, cuando te pusiste a ello para terminar bien y poder aprovechar los meses de calor, te diste cuenta de que no había manera de que pudieras retener todo lo estudiado. Lo que sucede es que, a pesar de los miles de tutoriales que llenan Internet, no hay ninguno que explique la fórmula exacta de memorizar todo ese contenido.

Ahora, a través de tres pasos prácticos y divertidos explicados por el psicólogo Eric Haseltine en un artículo en Psychology Today, lo de memorizar ya no será un problema. Atención porque se presenta como un método sencillo que está al nivel de lo que podría ser casi un juego de niños, ya que todo está en transformar la información en una historia mentalmente visual:


1. Lo primero que hay que hacer es interpretar lo que vemos o lo que leemos
2. Luego debemos construir una historia gráfica a partir de la información extraída
3. Y, por último, recordar esa historia para aprender de ella, es decir, para extraer una moraleja del relato

Esta fórmula, al principio, parece que no tendrá grandes frutos pero nuestro cerebro retiene con mucha más facilidad todo lo que sea fotográfico y visual frente a simples conjuntos de palabras. Haseltine relata que, a través de una historia alegórica, es mucho más fácil recordar y retener la información.

El cerebro, como órgano que forma parte de nuestro cuerpo, debe ejercitarse para que sus funciones se potencien. Es por ello que los psicólogos recomiendan, al final del día por ejemplo, establecer una relación causa-efecto entre todas las cosas que han sucedido para tener un hilo conductor que nos sirva como método para ejercitar el cerebro y prepararlo para futuras memorizaciones. Haseltine explica que esta narración es mucho más efectiva que la memorización mecánica.

Prueba de ello es que cuando leemos una novela —o, en definitiva, un libro sin ilustraciones— las imágenes toman forma en nuestro cerebro gracias a nuestra imaginación y nunca serán iguales a las de otra persona que haya leído lo mismo que nosotros. Así que ya sabes, para poder aprovechar el tiempo bien y no volver a dejar alguna asignatura pendiente, puedes poner en práctica estos tres pasos, será como ser el director de tu propia película.