Los tres motivos que hacen que no puedas arreglar tus defectos

Algunas personas arrastran los mismos defectos durante toda su vida

El discursito de "yo soy así y quién no me quiera que no me aguante" es ciertamente infantil. Es evidente que no deberías cambiar porque alguien así lo desee o por presión de grupo, pero también lo es que no eres perfectx y hay muchos rasgos de tu personalidad que podrías trabajar. Pero no por los demás: por ti y por la calidad de las relaciones que hay en tu vida. Como explica la psicóloga Susan Krauss en personalidad, "existe una creciente evidencia de que el cambio de personalidad intencional es posible a lo largo de la vida, ya que pueden hallarse formas de deshacerse de los atributos indeseables". Entonces, ¿por qué tú no eres capaz?

No, no eres así y ya está

Pues según una investigación reciente, publicada en la revista especializada Personality Disorders: Theory, Research and Treatment, existen tres condiciones que pueden mantener a las personas en una misma rutina de personalidad durante toda su vida. La primera de ellas es clara: hay una falta de motivación para cambiar y evolucionar como ser humano. O dicho de otra manera: aunque sabes que tienes algunos comportamientos y algunas actitudes bastante tóxicas en tu haber, prefieres mantenerlas que hacer el esfuerzo de mejorar y deshacerte de ellas. Volvemos a aquel "así soy yo y punto" tan adolescente. Mal asunto.

Resistencias al cambio

"En segundo lugar, puedes considerar que es imposible participar en nuevos comportamientos, aunque esto pudiese ayudar a cambiar el rumbo de tu vida en una dirección más positiva", apunta la propia Krauss, profesora en la Universidad de Massachusetts Amherst. En la mayoría de ocasiones, parecer ser según los resultados del estudio, ambas condiciones aparecen de la mano y se retroalimentan: una parte de ti se resiste a los cambios y por eso encuentras totalmente imposible el cambio; de la misma manera, y dado que ves imposible el cambio, pierdes la motivación y las ganas por intentarlo. "Mejor me quedo como estoy".

¿Por qué no intentas cambiar?

El tercer condicionante nace directamente de la influencia de estos otros dos: no experimentas esas nuevas formas de comportamiento que podrían cambiar tu personalidad. Como no tienes ganas o lo consideras una utopía, nunca lo pruebas y tu cerebro nunca se ve envuelto en dinámicas diferentes de las habituales. De esa manera permanece siempre prácticamente igual. Lo que viene siendo llevarse los defectos a la tumba. Y no solo es una pena porque te pierdes una vida más saludable, sino que además te pierdes todo ese camino de autodesarrollo. ¿Qué gracia tiene ser exactamente la misma persona toda la existencia?

Estas dificultades son, en base a las conclusiones de la investigación, especialmente influyentes en el caso de las personas antagónicas: aquellas cuya toxicidad proviene directamente de su necesidad de adoptar posturas contrarias al resto de personas para sentirse poderosas y en control. Vamos, el tipo de persona que siempre te lleva la contraria. Son las que enfrentan el desafío más heavy para cambiar. Sin embargo, y si eres una de esas personas, no pierdas la esperanza: trabaja y "sorpréndete a ti mismx al ver que se siente al ser más agradable" con los demás. Nunca es tarde para derribar obstáculos que empobrecen tu vida.