Por qué los supervillanos suelen atraerte más que los superhéroes

Reconócelo, te sientes más atraídx por el Joker que por Batman y con los años has desplazado a Harry Potter por Severus Snape. No estás solx, este es el motivo por el cual ya no admiras a los héroes y prefieres a los antihéroes

Seguramente si conocieras en la vida real a Walter White, el protagonista de Breaking Bad, tendrías claro que un cáncer y la familia no son motivos suficientes para justificar sus acciones como traficante de droga. Y aún así, cuando lo ves en pantalla no puedes evitar sentirte atraídx por él y empatizar con sus causas. Tranquilx, a todxs nos pasa: el Joker, Tony Soprano, Pablo Escobar…todos ellos son personajes de dudosa moralidad que en los últimos años se han convertido en ídolos.

¿Que te caigan bien los supuestos malos quiere decir que seas mala persona? No. De hecho, hay otras razones por las cuales la cultura ya no gira entorno al héroe arquetípico como podían ser Hércules en la mitología griega o Superman, sino que se ha desplazado hacia personajes más oscuros y complejos. El primer motivo: son como tú, la vida los ha maltratado igual que te pasa a ti. Tal como expone en su tesis doctoral en letras Jesús Díaz y Almanza, de la Universidad de México, el antihéroe tiene la cualidad de representar la conciencia del espectador que, generalmente, no tiene la capacidad de trascender o de escapar del mundo que lo utiliza como si fuera un objeto. ¿No os suena este sentimiento?

¿Cuántxs de vostrxs no habéis tenido alguna vez un crush que se fue con otrx pero aún así seguís sintiendo una punzada? Eso es lo que le pasaba a Snape con la madre de Harry Potter, Lily, de la cual estaba enamorado a pesar de que ella se fue con James Potter. Durante toda la saga odiamos el carácter cínico y frío de Snape hasta que descubrimos la verdad. Ojo, Snape no era un personaje simpático, y el motivo por el cual se infiltró en los mortífagos no era altruista o con afán de justicia, sino egoísta: por amor a Lily y por culpa.

Frente al héroe, el antihéroe también presenta una mayor complejidad psicológica. Nos permite más asomarnos a los dilemas morales y éticos que muchas veces también tenemos nosotros mismos. ¿Me callo la oferta de trabajo que he encontrado para así no tener que competir con mis amigxs, que también buscan curro? Esos dilemas.

Por otro lado también hay un punto de liberación, de desear tener la valentía o la locura de hacer lo mismo que ellos. En palabra del crítico de cine Ty Burr en el The Boston Globe, los antihéroes hacen aquello que nosotrxs podríamos hacer si tuviéramos el valor necesario. Por eso el Joker cuando hace explotar por los aires el hospital después de que la sociedad lo haya abandonado nos produce cierto placer y admiración. ¿Quién no ha deseado pegarle fuego a la oficina donde trabaja?

En el fondo, lo que más nos llama la atención de estos personajes es que nosotros podríamos ser ellxs, podríamos estar en situaciones similares, y ante esa afirmación se nos presenta el dilema: ¿Yo en su situación acabaría igual?