Quítate a la gente tóxica de encima y rodéate de personas que te hagan crecer

El entorno es muy importante para definir las vías que has decidido escoger a lo largo de tu vida, quien te rodea no puede ser una carga para tu recorrido personal. Debes aprender a detectar qué tipo de personas son tóxicas y por ello no es positivo que estén cerca

Te han dicho de quedar este fin de semana pero 'uf, qué palo', piensas. Es tu grupo de amigxs de toda la vida, los de siempre. Con algunxs te conoces desde el parvulario, vuestras madres y padres se conocen íntimamente. Estabais destinadxs a formar una amistad plena y duradera. Poco a poco se fueron sumando otras personas, gente del instituto y de la uni y ya hay tanta gente con la que has hecho migas que puedes decir a voces que tienes un verdadero grupo de referencia. Entonces algo hace click. Comienzas a sentirte con las energías bajas, nada va bien, te encuentras perdidx...

Esto puede suceder por muchos motivos pero, aunque no lo creas, las personas de tu entorno tienen relación con estas sensaciones que te han atrapado. Un artículo de El País habla de un estudio llevado a cabo por David McClelland, psicólogo social de la Universidad de Harvard, en el que aseguraba y confirmaba que "las personas con las que nos asociamos de forma habitual Un artículo de El País habla en la vida".

Dado que el porcentaje de cómo afectan los diferentes tipos de personas en tu vida es alto es necesario aprender a detectar quienes te hacen crecer y quienes podrían frenar tus propósitos o incluso contagiarte de malas vibraciones. Una mala costumbre —que nos pasa a todxs— es relacionarnos directamente con las personas que tenemos más cerca, por ejemplo las personas del trabajo o las de tu clase. Como explica el médico y emprendedor Sam Hazledine, "es muy necesario elegir un grupo de referencia de forma consciente". Es decir, hay que dedicar un tiempo concreto a buscar esas amistades que puedan proveernos iniciativas positivas y detectar a aquellas que son tóxicas para mantenerlas alejadas.

Gente positiva

Dentro de este grupo de referencia están aquellas personas que tienen iniciativa, que están libres de prejuicios, aquellas que asumen sus errores, que tienen pasión por lo que hacen, personas luchadoras, personas que saben empatizar, que no tienen miedo al cambio... Las buenas cualidades son contagiosas y hacen que se multiplique mucho más lo positivo y lo bueno de nosotrxs mismxs. El bienestar emocional incrementa las posibilidades de aprender y de crecer.

Con motivación

Este tipo de personas están constantemente activas. Tienen objetivos de corto y largo plazo y, además, no se paralizan con nada. Los errores, para este grupo, son una forma más de aprendizaje y no un muro o un obstáculo. Quienes tienen como base la motivación funcionan como catapultores para otras personas del entorno que, a veces, necesitan un empujón

Con pasión

Quienes tienen motivación suelen también ser apasionadas. Y viceversa. Es un grupo de personas que lucha por lo que quiere y que, además, tiene muy claro a dónde quiere llegar. No les importa posponer lo que es menos importante para poder dedicarse de lleno a su pasión. Saben que este objetivo les generará bienestar y por ello van a por él. Cuando observas a alguien que se dedica a lo que le gusta con placer y cariño quieres también sentirlo y tenerlo cerca.

Con inspiración

Este grupo es como el culmen de los anteriores. Quienes luchan con motivación y pasión por lo que quieren y al final lo consiguen, se transforman en personas inspiradoras. Son un ejemplo a seguir porque han demostrado que con trabajo y con ganas pueden alcanzarse todos los propósitos que nos apetezcan.

Gente tóxica

Es muy necesario para nuestro bienestar y nuestro crecimiento personal detectar a las personas tóxicas. Por lo general complican el desarrollo, abusan de la situación si no se les pone un límite, absorben las energías y no aportan nada, solamente destruyen. Hay quienes, a veces, lo hacen sin ser conscientes, por eso debemos pararnos a detectar este tipo de comportamientos y alejarnos de nuestro entorno. La agresividad o la culpabilidad pueden ser algunos indicios de este tipo de personas.

Que tienen envidia

Están esas personas que constantemente se están quejando de su situación. No hay nada positivo que puedan destacar de sus vidas, todo es negatividad y mal rollo. Dentro de este comportamiento aparece también la envidia. Dado que no les agrada ni su trabajo, ni su pareja ni nada de lo que hacen, se fijan en otras personas y disfrazan la envidia a través de críticas. A partir de aquí los únicos sentimientos que caben son la frustración o la rabia, es decir, nada que queramos tener cerca. Las malas vibraciones se propagan de forma muy rápida.

Que se sienten culpables

La culpabilidad es un sentimiento o una sensación que todxs podemos vivir en un determinado momento de nuestra vida. Es normal sentirla en contextos determinados pero luego están quienes usan el victimismo como una fórmula para manipular. Son personas que se muestras tristes y que quieren hacer ver que se sienten mal para llamar la atención. Ojo, porque a veces estos comportamientos no son hechos a consciencia, lo cual no indica que no sean tóxicos. Quienes se comportan así solo buscan conseguir sus propios objetivos haciendo que el resto de desestabilice emocionalmente.

Que son agresivas

Como punto culmen es bastante evidente cuando alguien está siendo agresivo. Los anteriores puntos son, también, fórmulas de demostrar agresividad, solo que de una forma más pasiva. Cuando alguien comienza a mostrar un comportamiento autoritario, carente de empatía e incluso violento, debemos alarmarnos. Hay algo muy claro para este tipo de personas, el 'yo estoy primero que nada y que todo'. No les importa afectar a los demás si es posible sacar adelante lo que quieren y desean. Este tipo de personas suelen ser tan fuertes que consiguen que el entorno baje la cabeza y se mueva sin cuestionar ni enfrentarse.