La industria del entretenimiento es una de las industrias más lucrativas que existen. En el año 2023, y según datos del estudio Entertainment and Media Outlook 2010-2023, llevado a cabo por la consultoría PwC, superará en nuestro país los 32.000 millones de euros. Películas. Series de televisión. Videojuegos. Álbumes. Contenido en plataformas digitales. Existen millones y millones de horas destinadas a divertirnos. Hasta tal punto que, sin esas cosas, probablemente no sabríamos muy bien qué hacer. Huimos del aburrimiento como de la muerte. Pero una investigación cree que podríamos sacarle mucho partido al tedio.
En concreto, una investigación de James Danckert y John Eastwood, dos profesores estadounidenses en el ámbito de la psicología. Pero antes, advierten estos especialistas, debemos diferenciar entre aburrimiento y apatía, dos conceptos a menudo confundidos. "La apatía es la ausencia de cualquier deseo. El aburrimiento, por el contrario, implica un deseo desesperado de hacer algo, pero nada parece encajar". No es que no queramos activarnos y nos importa una mierda la vida. Es que no sabemos con qué comprometernos. Y esto puede ser contemplado como algo desesperante o como un buen punto de partida.
Por supuesto, a ningunx de nosotrxs nos entusiasma estar en ese estado. Es incómodo. Pero estos expertos tienen claro que esta incomodidad es muy buena. "Así te darás cuenta de la difícil situación a la que te estás enfrentando" y podrás comenzar a transformar esa incomodidad en algo mucho más positivo. Para lograrlo deben seguirse unos cuantos pasos. El primero de ellos consiste en tranquilizarse. Respira profundamente. Incluso "puedes intentar liberar esa incomodidad a través de la actividad física con algo tan simple como salir a correr, explican estos psicólogos. Lo que te funcione para reducir el nerviosismo.
Lo segundo consiste en aceptar ese aburrimiento que estamos experimentando. "Si te quedas atrapado en sentimientos de desdén y rechazo hacia el tedio solo te hundirás más profundamente en sus arenas movedizas", dicen Danckert y Eastwood. Debemos conseguir estar en paz con esa sensación de tedio. Y, una vez estemos relajados y en armonía con cómo nos sentimos, será el momento de reflexionar. ¿Sobre qué? En concreto de tu vida, de las cosas que la conforman y de las cosas que verdaderamente te interesan. Existe la posibilidad de que no encuentres motivación en nada, pero suele ser una ilusión de la mente.
Porque cuando estamos en una situación de profundo aburrimiento solemos percibir las recompensas de lo que podríamos hacer como menores. ¿Para qué voy a pintar si no sirve de nada? ¿Para qué voy a ir a visitar a esa otra persona si luego no va a aportarme tanto? El aburrimiento envenena nuestras expectativas, pero no es muy resistente. Como dicen estos dos expertos, "tan solo basta con una pequeña pizca de emoción o entusiasmo para mantener al aburrimiento contra las cuerdas". En el camino, y gracias a la reflexión, puede que nos haya ayudado a encontrar algo con lo que comprometernos de verdad.