Lo que se oculta detrás de esas personas que no paran de ir al baño

Hay personas que a lo largo de una mañana van 4-5 o más veces al baño. Y no es que su vejiga sea minúscula, es que tienen un problema psicológico.

Los trastornos de ansiedad pueden condicionar profundamente tu vida: la armonía mental desaparece por completo, la capacidad para disfrutar de las cosas buenas mengua y te ves envueltx en un correcalle constante en el que nunca descansas verdaderamente. Pero también te hace más propenso a las compulsiones. Una de las más habituales en las personas que padecen habitualmente ansiedad o estrés es orinar cada media hora o cada vez que pasan cerca del baño. Es como si la vejiga hubiese encogido y ahora no tuviesen más remedio que vaciarla en cuanto pueden. Pero una médica australiana cuenta por qué no deberías hacerlo más.

En un artículo para The Conversation, la profesora de medicina de la Universidad de Sídney, Jennifer Rey, se refiere a esta práctica como un círculo vicioso. "Hacer micción por si acaso no es un problema si pasa de una manera ocasional, pero hacerlo con demasiada frecuencia, convertirlo en un hábito, puede terminar entrenando tu vejiga para sentir que necesitas ir al baño cuando está solo un poco llena". Y, en líneas generales, el pensamiento de "bueno, dejaré de hacerlo más adelante" puede no ser tan malo, pero en lo que respecta a esto, añade la especialista, "el problema puede empeorar con el tiempo". Se debe actuar.

Como explica en Huffington Post la psiquiatra Ashwini Nadkarni, de la Facultad de Medicina de Harvard, la ansiedad "activa el sistema del miedo de tu organismo, sobreponiéndose a los mecanismos que tiene la vejiga para retener la orina, lo que te dará ganas de hacer pis". Ok. Hemos llegado a un punto problemático. Hemos dicho que tienes que parar de orinar a cada rato, pero para hacerlo necesitas controlar la ansiedad y forzar el control de los síntomas de la ansiedad solo provoca más ansiedad. ¿Estás condenadx? No. En primer lugar, porque la ansiedad puede tratarse con terapia. En segundo lugar, porque es cuestión de fe.

¿Fe en qué? En las palabras de la especialista: "La mayoría de las vejigas son capaces de contener una gran cantidad de líquido", aproximadamente entre unos 400 y 600 mililitros en las personas sanas. Además, "el agua que bebes tarda unas dos horas en alcanzar la vejiga". Eso significa que si bebes medio litro de agua no tendrás que ir a un baño hasta aproximadamente dos horas después. Este es un buen punto de partida para conseguir lo que Rey aconseja. "reconocer los síntomas y diferenciar entre un pequeño impulso y una necesidad real". Las matemáticas y la lógica pueden salvarnos de un círculo vicioso muy poco saludable.

No obstante, y antes de empezar un entrenamiento neurovesical, conviene tener claro que las micciones tan reiterativas no siempre son culpa de la ansiedad. Como señala la médica australiana, "no todo el mundo tiene una vejiga normal" y el 30% de los adultos tiene una vejiga hiperactiva. En estos casos lo más recomendable es acudir al médico de cabecera, contar el problema y ponerse en sus manos. Lo que está claro es que, por la razón que sea, estar forzando la micción para sacarte esas cuantas gotitas de la vejiga no suena muy bien. Lo razonable es que no tengas que levantarte de la cama tres veces antes de quedarte dormidx.