Una montaña rusa emocional. Eso he sido durante la mayor parte de mi vida. Y lo cierto es que no voy a cambiar. No porque no lo haya intentado, que también, sino porque a veces la resignación ante lo imposible tiene sus ventajas si sabes cómo sacarles el mayor partido.
Te diré entonces que la continua felicidad no existe. La vida de por sí es una escala de grises, algunos se aproximan más al negro y otros creen rozar el blanco, pero todo es cambiante. La felicidad no es estática, es como la energía, ni se crea ni se destruye simplemente se transforma y va adoptando una apariencia visible o invisible en función de las circunstancias por las que vamos transitando.

Crédito de la imagen: Ophelie Rondeau