Es Más Fácil Ser Cruel Que Decir La Verdad

La confianza da asco y en muchas ocasiones utilizamos la crueldad en lugar de decir lo que realmente sentimos. Descubre el escudo que todos llevamos.

La confianza da asco y eso es así. Da igual que sea con tu pareja, tus amigos o tu madre, aquí el caso es quedarse bien a gusto y decir lo primero que te sale por la boca. No importa lo que realmente pienses tú, porque acabarás diciéndole lo contrario a las personas que más te importan. Se trata de llevar la contraria, de subirte a la burra para no bajarte nunca.

Es un sentimiento inexplicable que brota en cuanto tenemos una relación estrecha con alguien, nuestra cabeza empieza a centrifugar más rápido de lo debido y lo soltamos. Escupimos la primera bomba que solemos guardar en el rincón de los reproches y damos el pistoletazo de salida a una guerra prácticamente interminable.

Por suerte es una especie de calma tensa que se acaba transformando en rutina y a la que por desgracia nos hemos acostumbrado. Sí, nos hemos adaptado a la crueldad, a las malas respuestas, al doble sentido y a un sinfín de cosas que manifestamos solo porque creemos que son mejores que la verdad.

Le pasa a todo el mundo y a los mileniales también, nos puede el orgullo, el amor propio y la seguridad sobre los demás. Si tienes un día malo, qué mejor forma para sobrellevarlo que haciéndote el digno; es absurdo pero nos cuesta mucho decir lo que realmente nos pasa por la cabeza. Siempre caemos en la trampa fácil y nos puede la boca.

Esto comienza en casa. En la adolescencia tus padres padecen todas las iras de tu pequeño universo de histeria; luego llegan tus amigos, con los que decides dar vueltas y vueltas sin confesar tus debilidades, y ya cuando el círculo de crueldad parece cerrarse, llega tu pareja. Es curioso que solo terminemos abriendo la verdad de los problemas cuando la gente que nos quiere ya no puede aguantar tanta sobrada.

Por todas estas tonterías que nos traemos con nosotros mismos, sería mucho mejor que empezáramos a abrir la boca más para decir cosas con sentido y dejásemos el asco a un lado. Sabes que cuando escupes estupideces por tu boca quieres decir otra cosa mucho más importante, está ahí dentro, esperando a que dejes de hacer el idiota. Como también está la gente que más quieres.

Habla ya, pero no jodas para siempre.

 

 

Créditos de la imagen: Flickr.com