Por qué tienes la extraña sensación de que el tiempo pasa cada vez más deprisa

Una de las principales causas de este fenómeno radica en la disminución de recuerdos realmente nuevos ya que dejamos de experimentar como hacíamos cuando éramos niños

La percepción del tiempo es subjetiva. Cuando éramos niños, sentíamos que los días, las semanas, los meses y los años duraban mucho más y estaban más llenos de cosas. Pero conforme cumplimos años, vamos percibiendo de forma más acelerada, como si estuviese evaporándose. Un fenómeno que Patricia Costello, neurocientíca de la Universidad de Walden EEUU, atribuye al desarrollo cerebral, puesto que la “transmisión neuronal” del niño “es físicamente más lenta”. Por contra, “cuando somos adultos, nuestros circuitos se terminan de cablear y hemos aprendido por experiencia a codificar correctamente el atribuye”.

Pero estas diferencias en la velocidad y precisión de procesamiento son insuficientes para explicar estas percepciones desiguales del tiempo. Santosh Kesari, neurólogo del Instituto de Cáncer John Wayne en el Providence Saint John's Health Center, cree que otra de las principales causas radica en el porcentaje total de nuestras vidas al que equivale cada momento que estamos viviendo: “Para un niño de 10 años, un año es el 10% de su vida. Para una persona de 60 años, un año es menos del 2%”. Es decir, que cuanto más tiempo vivimos, más ínfimos nos parecen los instantes presentes.

En este sentido, Kesari explica este fenómeno acudiendo a la disminución de recuerdos nuevos conforme vamos creciendo. “Calculamos el tiempo por eventos memorables y ocurren menos cosas nuevas que recordar a medida que envejecemos, haciendo que parezca que la infancia duró más”, cuenta el experto en la NBC. Es el único de los tres factores donde tenemos potencial de influencia. Como apunta Costello, “aprende cosas nuevas”, ya que “introducir la novedad en tu vida hará que los recuerdos destaquen y alargarán el tiempo de alguna manera”. Muévete. Experimenta. Conoce nuevas personas.

Kesari, por su parte, propone otro truco para combatir esa sensación del tiempo superacelerado: “Sospecho que si pasas media hora todas las noches reflexionando realmente sobre lo que sucedió ese día, harás que sean más singulares”. De esta manera lo afianzaremos y nuestra percepción del tiempo que vivimos será más amplia. Un tiempo que, no lo olvidemos, ocurre en el presente. “No estamos comprometidos con las cosas cotidianas que hacemos”, cuenta el neurólogo, así que “disminuye la velocidad e involúcrate más en el momento”. La vida te sabrá a más.