Las malas críticas duelen. Puedes hacer de tripas corazón y decirte a ti mismx que no te importan demasiado pero la realidad es que siempre dejan un pequeño pozo de amargura. Y no importa si vienen de tu madre, tu novix, tu compañerx de piso o tu jefx. Siempre te dejan pensando, buceando en esas palabras para descubrir cuánta verdad esconden. Por supuesto, existen personas con autoestimas más frágiles y personas con autoestimas más sólidas, pero nadie es inmune a esos pequeños aguijonazos. No obstante, y según cuenta la especialista Jaclyn Margolis, probablemente estás sintiéndote mal sin sentido: las críticas no hablan de ti.
"Gran parte de los comentarios que recibimos no tienen nada que ver con nosotros. La investigación sobre el tema ha demostrado que más de la mitad de la retroalimentación en las calificaciones de desempeño se basa en la persona que dio la retroalimentación en lugar de la persona que recibió la retroalimentación", dice esta experta, profesora de la Pepperdine Graziadio Business School de California. En otras palabras: buena parte de las críticas que más te duelen no están hablando de ti y, en consecuencia, no tienen por qué albergar ni un gramito de verdad. Esto es conocido como el efecto calificador idiosincrático.
Y tienes que tenerlo muy en cuenta para no castigarte innecesariamente cada vez que alguien critica la más mínima de tus acciones. Piensa por ejemplo en un trabajo de universidad colectivo. Unx compañerx te critica porque prefieres concentrar todo el trabajo en la última semana que trabajar a picotazos un día a la semana durante unos meses. ¿Acaso tu estrategia es necesariamente peor si está debidamente organizada? La crítica de esa persona habla de ella: de su método de trabajo y de su necesidad de controlarlo todo con antelación. No hay una mala estrategia. Solo una persona proyectando sus necesidades en ti.
Esto vale para muchas otras dimensiones de la vida. "Es poderoso reconocer que cuando otras personas dicen algo crítico, no tienes que absorberlo todo. Esos juicios son probablemente una manifestación de las experiencia de la otra persona y no necesariamente la realidad", añade Margolis. Pero obviamente eso no significa que debas ignorar todas las críticas como si nunca hablaran de ti. Quizás la clave reside en respirar hondo y valorar sosegadamente a quién refiere el contenido de las mismas. En cualquier caso, esta experta aconseja implementar una técnica muy productiva llamada la técnica del 25%.
"Incluso la retroalimentación más dura contiene una pizca de verdad. En lugar de aceptar todos los comentarios como una verdad absoluta, busca el 25% que puede ayudarte a crecer". ¿Pero cómo puedes captar esta esencia? Un mecanismo bastante útil consiste en la observación común. Así, si muchas personas en tu vida realizan una crítica muy similar en determinado aspecto, se reducen las probabilidades de que esa crítica hable de ellos en lugar de hablar de ti. Pero es un 25%. No olvides que no es una certeza, solo una semilla de verdad que utilizar para ser una mejor persona. Que eso nunca viene mal en este mundo loco.