¿Cómo te puede afectar esconder tus emociones?

Parece que poniéndonos una máscara de alegría, todos los sentimientos negativos se olvidaran pero no sucede así, es peor ocultar cómo verdaderamente nos sentimos

La presión a la que nos enfrentamos cada día puede hacer que actuemos de forma contraria a nuestra propia salud. Muchas personas tienden a esconder sus emociones cuando están frente a otras por esta misma presión o porque no ven que existe el espacio ideal para comunicar y compartir lo que les ocurre. Son muchas razones las que nos llevan a vivir de esta manera: hay quienes sienten que pueden perder el respeto o el cariño de otras personas si admitieran estar tristes o muertxs de miedo.

Otrxs piensan que su entorno no está interesado en conocer en profundidad cómo se sienten y hay quienes creen que no merecen la atención que lxs demás puedan poner sobre lo que consideran dramas pasajeros. Así las emociones se van guardando en un cajón y, sin darnos cuenta, un día un nudo en el estómago no nos deja vivir con tranquilidad.

En muchas ocasiones las personas que se sienten mal tienen la idea de que su estado de ánimo puede contagiarse a las otras personas. Dentro de sus mentes mantener esa propia tristeza, ira o decepción dentro puede ayudar a no poner en peligro los lazos que se han formado. Ahora bien, ¿qué ganamos o qué perdemos cuando ocultamos nuestros sentimientos verdaderos? Como explican desde Psychology Today, “existe una creencia popular desde hace mucho tiempo que dice que la pretensión emocional puede ser beneficiosa”. Pero no es eso lo que muestran otros estudios sobre la forma de gestionar las emociones y sobre cómo debemos vivirlas.

“La investigación empírica presenta una imagen diferente del impacto de mantener un frente emocional. Contarle a tu pareja sentimental cómo te sientes y hablar de tus sentimientos está asociado a una comunicación saludable que tiene efectos positivos en el vínculo”, explican desde la misma web. En este punto en concreto es necesario que ambas personas que forman la pareja sean maduras y estén dispuestas a escuchar sobre las emociones de la otra persona. Pero esto no es lo único, además de tener el oído para escuchar también hace falta entender y adoptar una postura comprensiva. Muchas veces, si vemos que alguien de nuestro alrededor está cerrado a intentar empatizar, ya no nos sentimos en un espacio cómodo para compartir lo que pensamos y opinamos y es en este punto cuando aprendemos a ocultar lo que nos sucede.

Suprimir las emociones negativas es un esfuerzo y puede hacer que perdamos las herramientas que nos ayudan a enriquecer cualquier tipo de relación. Además, ocultar cómo nos sentimos nos puede llevar a estar con un ánimo deprimido, puede hacer que aumente el estrés y que los niveles de bienestar general bajen casi por completo. Puede ser realmente agotador compartir una imagen de nosotrxs mismxs que no está relacionada con lo que nos pasa. No es nada beneficioso ocultarlo. No se trata de impulsivamente ir gritando a los cuatro vientos todo lo que sentimos pero sí intentar, donde podamos y cómo podamos, expresar qué nos ocurre, sacarlo de dentro es un ejercicio valiente pero realmente satisfactorio.