5 motivos por los que las personas envidiosas no dudan en sabotearte

Cuando hay personas que tienen características como carisma, creatividad o autodisciplina, el hecho de ser ellxs mismxs es suficiente para que otras personas de ofendan

Si alguna vez has ganado el reconocimiento por un logro o hito significativo, algo que ha marcado tu experiencia y te ha hecho destacar, probablemente has sido reconocido por un gran grupo de personas. Sin embargo, es posible que te haya sorprendido que no todo el mundo te felicitara. Muchas veces habrás escuchado la frase "eso es porque te tiene envidia". Se utiliza un montón. En varias ocasiones puede ser cierta pero, ¿de dónde nacen esos celos?¿por qué hay gente que se siente ofendida por los logros de los demás?

Aunque pueda parecerte sorprendente, a veces las personas que más nos quieren también pueden sentir esa envidia. Igual de inesperado es que lo sienta gente que apenas te conoce. A ti también te habrá pasado: entras en Instagram y hay un o una influencer que vive en una casa de ensueño con una cama enorme en una ciudad donde siempre hace buen día. No conoces de nada a esa persona pero no te importaría tener su vida. Aquí también hay envidia, también existe el deseo de ser esa persona con esas circunstancias en concreto.

La cuestión es que cuando posees tú u otras personas ciertas características personales que atraen la atención, digamos rasgos como el carisma, la creatividad o la autodisciplina, el simple hecho de ser tal cual eres es suficiente para hacer que algunas personas se ofendan y les nazca la envidia. Hay ciertos signos reveladores para detectar o bien si eres envidiosx o si tienes dudas de si alguien ha sentido envidia de ti. Cada uno, además, tiene sus motivos de existencia. En muchas ocasiones la comparación, la competitividad, la inseguridad y el narcisismo son rasgos de aquellas personas que sienten envidia.

1. Personaje impuesto

La implicación para reconocer la envidia en los demás es que probablemente no se les percibe como malas personas. Ahora bien, cuando manifiestan envidia a menudo suena muy fuera de lugar. De hecho, en entornos sociales, probablemente nunca los habrás visto intimidar a otras personas e incluso verás que tratan al resto de forma cordial. Sin embargo, si observas bien, puede notarse que se activa un interruptor cuando otros le ofenden. Un ejemplo: si todxs los demás comienzan a felicitarte por algo que has logrado, en el rostro de las personas envidiosas podrás reconocer inexpresivididad, impaciencia o molestia. El motivo es que las inseguridades aparecen ante un evento inesperado, lo que hace que pierdan la perspectiva y se sientan mal.

2. Forzar situaciones

En un esfuerzo por controlar una situación desequilibrada, la desesperación por quedar por encima de la otra persona puede llevar al que siente envidia a justificar el escrutinio implacable y el comportamiento de intimidación. A menudo, incluso, parecen esperar ansiosa y pacientemente los errores humillantes de su objetivo, especialmente los públicos, y aprovechan todas las oportunidades para corregirlos. Una vez que sucede esto que esperan, una táctica común es patologizarlos. El motivo está en que desean destacar su superioridad, despojando a la otra persona de la complejidad y los matices inherentes al ser humano. Esta sensación de estar por encima es efímera, no les otorga una tranquilidad ni se quedan satisfechxs totalmente.

3. Estereotipos para subestimar

¿Qué sucede cuando incluso la mirada de una persona destructivamente envidiosa no puede detectar ningún defecto en la otra persona? O cuando esa persona que envidian está a la altura del desafío impuesto. Es aquí cuando se pueden atravesar ciertos límites, ya que generalmente pueden comenzar a atacar rasgos personales que no tienen nada que ver con lo que envidian de su objetivo, incluso recurren a la intolerancia o al ataque personal. Lo que intenta quien siente envidia es quitar la simpatía que pueda tener la otra persona. Acuden a cualquier crítica.

4. Lo merecen más

Aquellas personas que asumen que su vida y éxito han sido fáciles, por lo general, nunca se alegran tanto por el resto. Esto sucede porque, para empezar, no pueden ver el valor que tienen sus logros, crecimiento, esfuerzo o progreso. En particular, aquellos que se avergüenzan de quiénes son y odian sus propias vidas, solo podrán valerse de su suerte o su privilegio, sin que exista nada de mayor valor. Esto los lleva a defender que son personas más merecedoras de logros. No entienden por qué la victoria del resto es más valiosa que la suya propia. Es más, casi siempre creen que tu recorrido ha sido libre de obstáculos.

5. Copian e infravaloran

Un rasgo irónico de quienes sienten envidia es que, a menudo, copian las mismas cosas que critican sobre los demás. Esto sucede porque prestan mucha atención y además son competitivos y requieren con ansia la validación. La envidia puede ser tan fuerte que, a veces, interfiere con la cognición racional. Las personas que se esfuerzan por ser admiradas recurren a la forma de actuar o a los mismos hábitos de quienes han logrado un admiración previa a ellxs. El motivo de esto es que se esfuerzan por deshacerse de los sentimientos de insuficiencia a través del mérito de otras personas.

En muchos casos, la principal base de la envidia es la baja autoestima, la cual a menudo está enmascarada como condescendencia. Puede suscitar conflictos y tensiones innecesarias. Si estás siendo blanco de la envidia, probablemente te habrás preguntado por qué dicha persona pasa más tiempo despreciándote que abordando su propia baja autoestima y trabajando hacia la realización interna y el autoempoderamiento. Los ejemplos anteriores proporcionan una idea de cómo la envidia puede estar en ciertas personas sin que ellos mismas lo sepan y ser más fuerte de lo que parece.


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