5 frases que todos los mentirosos utilizan para evitar que les pilles

Aunque sean expertos en el arte de mentir siempre habrá momentos en los que sus relatos se vean en tela de juicio y será entonces cuando su lenguaje les traicionará

La mentira es un mecanismo de evolución social que nos permite convivir con los demás evitando el conflicto y generando una mínima sensación de cohesión. La empleamos a diario y muchas veces de manera inconsciente. Sin embargo, hay una diferencia muy grande entre una mentira y un mentiroso. Mientras la primera es una afirmación falsa que puede surgir en un contexto muy determinado, el segundo es la persona que deliberadamente utiliza la mentira para lograr sus objetivos y que, por tanto, ha desarrollado cierto grado de compulsión a la hora de emplear sus propias mentiras.

Gracias a esto es posible detectar a los mentirosos en tiempo récord ya que, sin darse cuenta, arrastran una serie de coletillas que emplean cuando una de sus mentiras es susceptible de ser descubierta o cuando, simplemente, no la han elaborado bien y tienen que ponerse a la defensiva para evitar ser descubiertos llegando a ser extremadamente cínicos y manipuladores. En un interesante artículo de Psychology Today han apuntado las 5 frases que deberían despertar todas las alarmas y que en la mayoría de los casos suponen que nuestro interlocutor es un mentiroso consumado.

“Eso es prácticamente todo”

Al matizar su relato el mentiroso está desautorizándose a él mismo de manera inconsciente. Esto se debe a que en su interior teme las consecuencias que puede tener para él que sus incoherencias acaben aflorando y, por ello, se reserva una vía de escape. Las personas honestas no suelen emplear este tipo de matices porque están convencidas de la veracidad de su relato y no tienen ningún tipo de problema en afirmar categóricamente.

“No puedes probarlo”

Como explican en el artículo, las personas que desafían a probar la incoherencia de su relato a las otras son las que en el proceso de articular su mentira han llegado a la conclusión de que no existe ningún cabo suelto y que eso les proporcionará todo lo que necesitan para mantener su falacia. Además, entrar en este tipo de retórica supone que el mentiroso emplea la pasivo-agresividad llevando al escepticismo del otro al terreno personal. Manipulación de la buena.

“¿Qué gano yo con todo esto?”

Siguiendo en la línea de la manipulación, los mentirosos que emplean esta frase son los más peligrosos porque esperan a que argumentes en su contra para improvisar un contraataque dialéctico que sustente su posición. Sea cual sea tu respuesta en sus cabezas tendrán la manera perfecta de justificar su versión e, incluso, de mostrarse como las verdaderas víctimas de todo el asunto.

“¿Me estás llamando mentirosx?”

La manipulación y la pasivo-agresividad llevados al máximo nivel. Cuando un mentiroso emplea esta frase está avisando al interlocutor que se prepare para una batalla dialéctica que quizá no le apetezca librar ya que deja claro que ahora la discusión es un tema de honor y que jamás dará su brazo a torcer. Por regla general les suele funcionar porque el coste social que puede tener entrar en un conflicto abierto con una de estas personas no compensa.

“No me acuerdo”

El clásico de la mentira y el último recurso de los mentirosos tóxicos. Mientras una persona que no recuerda algo simplemente se limita a decir “no sé” y no busca justificar nada, el mentiroso busca el argumento de haber olvidado algo en una maniobra que pretende restar importancia al asunto en debate y, quizá, dejarte en evidencia por otorgarle demasiada importancia. Lo más tóxico de este tipo de mentiras es que persiguen hacerte dudar de tus propios recuerdos.