Las 3 reglas de un veterano de los Navy SEALs para lograr el éxito en la vida

El exmilitar y conferenciante Jocko Willink explica las tres máximas que ha seguido a lo largo de su vida para lograr hacer realidad sus propósitos

“No hay atajos. No hay trucos. Si quieres tomar el camino fácil, te aseguro que será más largo y doloroso que el camino difícil”. Con esta frase, Jocko Willink, antiguo miembro de la principal fuerza de operaciones especiales del Ejército de Estados Unicos, los Navy SEALs, deja claro que su filosofía de vida es de todo menos un paseo por la playa. Donde los gurús de la autoayuda te dirán que medites y que dejes las cosas fluir, él te hablará de autocrítica, trabajo duro y disciplina. No es que Willink no crea que todos nos merecemos querernos y dejar descansar nuestra mente, no, es que él cree firmemente que nuestra mente solo puede desconectar después del trabajo duro. 

En un vídeo de apenas cinco minutos, el militar retirado explica las tres reglas que ha cumplido a rajatabla para convertir su vida en una historia de superación y conseguir lo más preciado que cualquier ser humano puede conseguir: sentirse libre. Puede que muchas de sus ideas te parezcan difíciles de implementar pero es justamente lo contrario. Willink no es un hombre de grandes discursos ni ideas abstractas, él no te hablará de la iluminación ni de buscar la motivación, él solamente te hará ver que la única manera de avanzar en la vida empieza por mover los músculos y activar el cerebro. El camino hacia tu libertad física y mental comienza y acaba con el trabajo y la disciplina. No hay más.

1. La disciplina equivale a libertad

Este concepto puede chocar de buenas a primeras. “Puede parecer una contradicción y puede que pienses que la disciplina es lo contrario de la libertad. Pero la disciplina es el motor de todas nuestras acciones diarias, la que vence las mil y una excusas que te realentizan”, explica. Es por ello que la disciplina siempre será un valor mucho más potente que la motivación ya que esta es una emoción y, como tal, está sujeta a idas y venidas. 

No siempre puedes contar con sentirte motivadx para realizar una tarea de tu día a día, en cambio sí podrás confiar en que la disciplina que hayas trabajado te mueva para dar el máximo. Además, es una evidencia que cuando enfrentras momentos difíciles en tu vida lo más normal es que tu nivel de motivación esté por lo suelos. “Haz que la disciplina sea parte de tu vida diaria y tu vida diaria mejorará”, sentencia Willink.

2. Sé humilde

Te guste o no habrá miles de veces que tendrás que hacer cosas que no te gusten. Esas típicas tareas que te harán sentirte infravaloradx y que “ofenderán tu precioso ego”  Sin embargo, la mejor forma de afrontarlas es con humildad. En este sentido el exmilitar recuerda como su primera tarea al ingresar en los Navy SEALs, algo que requiere de un entrenamiento y unas pruebas durísimas, fue precisamente la de limpiar los retretes del cuartel. 

Pero Willink no se echó atrás ni pensó que se le estaba degradando por aquello. Se arremangó el uniforme y limpió aquellos inodoros como si se tratase del trabajo para el que había estado preparándose durante meses. Sus superiores quedaron impresionados por su actitud y rápidamente se vio comandando una unidad de los SEALs en combate. “Si me importaba tanto dejar los retretes impecables podían imaginar que haría un trabajo igualmente excepcional en tareas más importantes”, insiste. 

Eso sí, humildad no significa que no te sientas capaz. Siéntete seguro de ti mismo utilizando tu humildad para no caer en la arrogancia.

3. Practica la responsabilidad extrema

Nunca jamás te limites a ser responsable de tu pequeña parcela de trabajo. Intenta alzar la mirada y lanzar una mirada de conjunto para ser capaz de anticiparte a las necesidades de tu entorno y ofrecer buenas soluciones. En el campo de batalla, los mejores líderes eran los que sabían llevar a su unidad un paso por delante del enemigo. En la vida real, los grandes líderes son aquellos que se anticipan y satisfacen las necesidades de sus equipos consiguiendo mantenerlos motivados y en confianza.

“Si algo sale mal no señales a nadie, no pongas excusas de ningún tipo, solamente ofrece soluciones. Hazte cargo del problema y arréglalo”, recuerda Willink. Para él, las personas que solamente culpan a los demás de sus problemas jamás serán los líderes de su vida y, por tanto, nunca conseguirán poner en práctica su libertad. Ya sea en el trabajo o en tu vida personal, hacerte responsable de lo que pueda ocurrir te hace estar en control y llevar las riendas.

Ya sabes, sé disciplinadx, sé humilde y sé responsable. Una vez consigas interiorizar estas tres reglas estarás preparadx para enfrentarte al camino difícil y lograr cualquier objetivo que te plantees y, sobre todo, serás libre.