10 técnicas de relajación para cuando entras en crisis y estás a punto de estallar por algo

Te lanzamos diez técnicas de relajación para cuando no puedas más y no haya un duro para largarse a la isla más lejana y deshabitada del mundo.

Crédito de la imagen: Yulia Krivich

Que si cuenta hasta diez, que si imagínate en un prado verde, que si masca chicle, que si grita fuerte... ¡pero joder, nada funciona! Estás que explotas de tanto estrés y ya no sabes qué más hacer para relajarte un poco y recargar las pilas. Ahí te lanzamos diez técnicas de relajación para cuando no puedas más y no haya un duro para largarse a la isla más lejana y deshabitada del mundo.

1. Respira

La respiración está vinculada a nuestros estados de ánimo, por eso cuando nos enfadamos lo hacemos de forma corta y rápida y cuando estamos ansiosos nos falta el aire. Pero según el gurú indio Sri Sri Ravi Shankar, también podemos recorrer el camino inverso. La técnica La respiración está vinculada a nuestros estados de ánimo te ayuda a transformar la rabia en tranquilidad o la ira en placer respirando. Si controlas tu respiración, podrás decidir cuando quieres que el estrés se aleje de tu cerebro o de tus pulmones.

2. Lleva la tensión al extremo

Desde que te levantas, las malas posturas y el agobio del día a día van acumulando presión en tu cuerpo. Por suerte, el médico Edmund Jacobson dio con una solución y gracias a ella hoy se le considera uno de los padres de la relajación. La técnica que nos ha legado consiste en contraer los músculos de determinadas zonas del cuerpo al máximo y liberarlos poco a poco, concentrándose en las sensaciones que ello provoca. Terminarás totalmente destensado.

3. Medita

Conseguirlo es más sencillo de lo que crees y todo gira alrededor de tres premisas: no hago nada, no soy nada y no quiero nada. Lo de dejar la mente en blanco se acerca más a un cliché que a la realidad. Esto trata de ser consciente de uno mismo, dejando que los pensamientos fluyan como si fueran nubes, sin tratar de aferrarse a ellos. Es quizás la práctica más milenaria que existe y todas la religiones se han apropiado de ella de una u otra forma. Además, puedes hacerlo en cualquier lugar y a cualquier hora, no hace falta que te dejes la pasta en CDs de música zen o incienso.

4. Practica yoga

Esta disciplina milenaria no sólo fortalece el espíritu y aporta paz emocional, sino que también cuida del cuerpo y de la mente a través de posturas combinadas con ejercicios de respiración. Desde hace siglos, el yoga ha ayudado a personas a aliviar sus tensiones, vivir con una mayor consciencia, mejorar la inmunidad, aumentar la energía e incluso tener más intuición a la hora de lidiar con los problemas.

5. Pon tu atención en el presente

Eso es lo que predica el tan de moda Mindfulness, que nació con el budismo pero que se popularizó de la mano del profesor Jon Kabat-Zinn. Consiste en concentrarse en el aquí y el ahora sin juzgar, aceptando el momento tal y como es. De acuerdo, este es el problema que hay. Olvida cómo has llegado hasta él, deja de lamentarte por ello y simplemente dedica tus pensamientos a encontrarle una solución.

6. Sal a correr

La ciencia te asegura que hacer deporte es una de las mejores opciones para desestresarte, ya que genera endorfinas, las hormonas que inducen bienestar, sueño y relajación. Sal a correr 15 minutos, queda con tus amigos para jugar un partido o nada algunas piscinas para encarar el día con otro humor.

PD. Sí, aceptamos "sexo" como deporte.

7. Inunda tu cuerpo de sensaciones

Como dijo el neurólogo alemán Johannes H. Schultz, el poder de la imaginación es suficiente para llegar a un estado de relajación profunda. Su método, bautizado como “entrenamiento autógeno”, se lleva a cabo mediante la concentración en las sensaciones físicas, haciendo ejercicios en grupo y enviando al cuerpo señales de pesadez, calor y pulsaciones en un orden determinado.

8. Dibuja mandalas

Para la cultura hindú y budista, hacer estos diseños es una forma de simbolizar el universo e inducir la meditación. La palabra "mandala" significa en sánscrito “círculo sagrado” y trabajar con ellos, con sus muchos colores y formas llenas de detalles, ayuda a aliviar los nervios.

9. Súmate al Chi Kung

Primo hermano del taichí y del reiki, es una terapia medicinal de origen chino formada por un conjunto movimientos pausados que ayudan a abrir los canales por los que circula nuestra energía. En el Chi Kung la respiración también es crucial, por lo que propone ocho palabras clave para regularla: sosegada, suave, profunda, larga, continua, uniforme, lenta y delicada. Un consejo para principiantes: imagina que eres un árbol y que de tu cuerpo nacen raíces invisibles que se aferran a la tierra.

10. Méate de risa

Cuando nos reímos ejercitamos más de 400 músculos, nos libramos de energía negativa y activamos la creatividad. Decenas de estudios prueban la eficacia de una buena carcajada para eliminar el cabreo que llevas encima y todo lo demás, mejorar nuestra condición física, oxigenar el cuerpo y ser más felices. ¿Qué tal una clase de risoterapia?