El mundo es como la paleta de colores de cualquier pintor, un arco iris natural con el que dejar volar nuestra imaginación. Hay paisajes que parecen irreales, pero que no lo son. Existen lugares tan increíbles que te harán dudar de si te falla la vista y que no te puedes perder, como estos cinco lagos de colores.
El Charco de Clicos o Charco Verde en Lanzarote

Es de esos lugares en los que uno duda si se está produciendo un efecto óptico o si es real. Impresionante contraste alrededor de un antiguo cráter volcánico de color verde como sus algas. Ese es el secreto que esconde el municipio de Yaiza, en Lanzarote, y es uno de los pocos ejemplos de hidro-vulcanismo que existen en el mundo. Se produce una interacción entre el magma y el agua. Ojo, se puede visitar, pero no podrás ni bañarte ni tocar el agua. Está terminantemente prohibido porque forma parte de una Reserva Natural protegida. De todas maneras yo no lo haría, teniendo en cuenta que es un cráter volcánico y se te pueden deshacer los dedos de la mano. ¡Magia!
El Lago de La Brea abastece a medio mundo

¿Te imaginas un lago de asfalto? Pues existe en la isla de Trinidad, en el Caribe. El Pitch Lake se puede cruzar a pie con mucho cuidado sin hundirse ya que su superficie es prácticamente sólida. Eso sí, si lo pisas, que sea con precaución porque de vez en cuando se traga árboles e incluso animales o al menos es lo que cuentan los lugareños. Llama la atención su aspecto negro y viscoso a lo largo de más de 40 hectáreas y con una profundidad de 76 metros. Este depósito natural de asfalto es como un mar negro en pleno Caribe. Como curiosidad, de allí se ha sacado el asfalto para construir prácticamente todas las carreteras de la isla de Trinidad, de la vecina Tobago y de otras tantas. También se utilizó para pavimentar el puente de Westminster de Londres.
La Gran Fuente Prismática de Yellowstone te dejará boquiabierto

Si no quieres tener que escoger ningún color del arcoíris, tienes que viajar al Parque Nacional de Yellowstone en EEUU. En este caso tampoco estamos ante un efecto óptico, sino que tiene su explicación. El magma calienta el agua en el interior de la Tierra, al subir se enfría y muestra una enorme gama de colores gracias a los microbios que contiene: marrón, naranja, amarillo, verde, azul, etc. Tal es su toxicidad que alrededor del lago no hay vida, ni plantas ni animales, pero sí turistas que viajan desde todo los puntos del Planeta para ver con sus propios ojos este increíble fenómeno de la Naturaleza. Se puede recorrer gracias a una serie de pasarelas instaladas para ello o verlo en todo su esplendor desde una pequeña colina.
El Lago turquesa de Peyto en Canadá

A partir de ahora, cuando pienses en Canadá pensarás en la magia del Lago Peyto. En el Parque Nacional de Banff Alberta, y escoltado por montañas rocosas y su impresionante vegetación, se esconde uno de los lagos más bonitos del país e incluso – me atrevería a decir – que del continente. Ahí van algunas claves: su origen es un lago glaciar, su color es azul turquesa y se accede desde la carretera de los campos de hielo Icefields Parkway. Las imágenes que encuentres en Google parecerán tuneadas con Photoshop, pero no. Es tal cual lo ves, Sin trampa ni cartón. Sin filtros ni retoques.
El Lago Retba o Lago Rosa de Senegal

Pocos saben que el corazón de África es rosa. En Senegal existe un lago que – en vez de agua – parece batido de fresa. Ojo, no se puede beber. El que avisa no es traidor. Su apariencia puede cambiar de rosa a morado según la hora del día y la época del año y su color tiene que ver con la presencia de baterías y alta concentración de sal. Mide unos 3 kilómetros, tiene 10 veces más cantidad de sal que los océanos y gracias a eso se puede flotar como en el Mar Muerto.