Hay más gente como tú a la que no sólo no les gusta la playa, sino que odian la arena en el bañador, la sal que pica, las olas o la humedad de la costa. La verdad es que no supone ningún problema porque en España hay alternativas suficientes como para no pisar la playa en toda una vida. Este verano, de momento, empezamos con 6 destinos nacionales en los que no verás el mar ni en pintura.

Para los que no sufran de vértigo, la ruta de El Caminito del Rey Málaga es un planazo lejos de la playa y, ojo, en el sur. Este paseo era considerado uno de los más inseguros del mundo hasta su rehabilitación en 2014 y recorre el Desfiladero de los Gaitanes a través de unas pasarelas de a penas 1 metro de ancho. Un paseo de casi 8 km por uno de los parajes naturales más espectaculares de Andalucía.
Alucina con el arte urbano las calles de Valencia

Valencia tiene mucha vida y cultura más allá de La Ciudad de las Artes y las Ciencias. En los últimos años, se ha convertido en sede del arte callejero y nada tiene que envidiar a Berlín, Bruselas, Budapest o París. El Street Art del barrio de El Carmen ya es un fenómeno de masas en Valencia. Hay decenas y decenas de fachadas decoradas a golpe de spray por artistas locales e internacionales que dejan para la posteridad grandes joyas pictóricas. Son tan bonitas las pintadas que, en muchas ocasiones, la policía hace la vista gorda y les dejan seguir expresándose. Si haces una ruta por la zona verás desde cabezas flotantes, caballos tirados por caracoles, amas de casa de estilo pin-up aspirando a personas. Graffitis satíricos y reivindicativos para olvidar -entre otras cosas- que la playa está cerca.
Piérdete por el nacimiento del río Mundo, Albacete

¿Mar o montaña? Es la típica pregunta que estamos hartos de escuchar. Para los que no tengan dudas y se inclinen por la montaña, este plan es un puntazo. En la Sierra de Alcaráz Albacete, llegando a Riopar, hay un sendero que lleva a uno de los espectáculos naturales que más bocas abiertas deja en Castilla La Mancha: una cascada de vértigo nace de las entrañas de la montaña y cae con tanta fuerza que retumba el suelo. El fenómeno que hace posible el nacimiento del Río Mundo se llama Reventón.
Hacia la Ciudad Encantada

La ruta de la Ciudad Encantada en Cuenca es una de las más visitadas después de la capital. El recorrido a través de este espectacular Paisaje Natural se hila a través de una serie de grandes rocas que, erosionadas por el viento y -precisamente lo que intentamos evitar- la sal del mar durante años, se han acabado transformando en figuras de gran parecido con la realidad, como caras humanas u objetos. Este paseo mágico es, sin embargo, una opción trampa, ya que todo lo que a uno rodea estaba bajo el mar hace 90 millones de años.
La Ciudad Encantada ofrece muchas más cosas que ver, paisajes y ríos para recorrer a pie o en bici sin olvidar la ciudad de Cuenca y sus casas colgantes, a solo 33km.
Sumergirse en la naturaleza

Vale, no te gusta la playa. Pero no tienes nada en contra del agua y además eres un fanático del deporte y la aventura. No te preocupes, en España tenemos muchísimos lugares para combinar ambas cosas. Uno de los más populares e ideales para ello es descender el río Sella en canoa o kayak. Tu visita a Astúrias no estará completa si no has recorrido el famoso tramo entre Arriondas y Ribadesella, a pies de Picos de Europa. Darte una vuelta por el parque natural será la mejor manera de complementar tu viaje al norte.
Nombela, el pueblo más alejado del mar

Si lo tuyo es realmente fobia a la playa y quieres huir de ella por encima de todo, puedes esconderte en este pueblo. Su situación es equidistante de la playa en cualquiera de los 4 puntos cardinales. ¡No se puede estar más lejos de la brisa marina! Pero no pasa nada, los vecinos no echan de menos el mar porque su río El Alberche es el mejor antídoto contra el calor sofocante del verano: es la playa de Nombela. Allí no huele, ni de lejos, a mar.
Fuente de la foto: Anne Pulhmann