La mayoría de las películas que recordamos en nuestro imaginario tienen, en algún momento, esa escena típica en la que se abre paso al brindis. Y no, no hace falta irse a los siglos dieciocho o diecinueve, también en los felices años veinte se brindaba. Como en ese emblemático momento de ’El gran Gatsby’, cuando Leonardo DiCaprio alza su copa y la fiesta da comienzo. Lo cierto es que los tiempos han cambiado, pero hay algo que siempre está presente: el momento final, el del brindis o, en el mejor de los casos: ese momento que da comienzo a la noche.
Fue justo en 1974 cuando nació uno de los cavas más icónicos, Cordón Negro, el cava más universal de Freixenet. Seguro que más de una vez has alzado la copa mientras las burbujas de esta espumosa bebida daban saltos de alegría. Pues justo este año, Cordón Negro celebra su 50 Aniversario manteniendo el estilo festivo, desenfadado y elegante que conquista al mundo desde su lanzamiento. El pasado jueves, Cordón Negro celebró ese hito en Barcelona con una fiesta internacional ambientada en la escena cultural de los años 70. Un viaje en el tiempo desde el pasado hasta nuestra actualidad.
Un cava icónico con medio siglo de inspiración
Si nos vamos unas cuantas décadas hacia atrás, descubrimos que fue en Estados Unidos donde Cordón Negro triunfó por primera vez. Allí se popularizó enormemente y fue conocido como “The Black Bottle”. Y no es de extrañar este nombre, ya que Cordón Negro nació de la mano de José Ferrer, actual Presidente de Honor de Freixenet, quien con su espíritu innovador y su vocación internacional quiso crear un cava joven y fresco al gusto de los consumidores europeos y presentarlo de forma sofisticada y rompedora en una botella esmerilada de color negro mate que ha devenido icónica.
Posteriormente llegaron los números 1 en Reino Unido, Canadá, Suecia, Suiza, Japón, Francia y numerosos países más, consiguiendo ser el cava más exportado del mundo. Así, Cordón Negro fue conquistando a los amantes de los espumosos a nivel internacional hasta convertirse en el icono global que es hoy, presente en más de 130 países de los cinco continentes.
De hecho, una de las vertientes que más agradecen los consumidores de este cava ligero es su gran frescura y acidez, totalmente equilibradas en un sabor único. Está formado por un coupage con las tres variedades del Penedès típicas del cava: Parellada, Macabeo y Xarel·lo. Fue una auténtica revolución en el sector por su factura moderna y un proceso de elaboración innovador, siendo el primer cava en fermentar a temperatura controlada para potenciar los aromas y la frescura.
Pero la influencia de Cordón Negro va mucho más allá de las fronteras terrestres. Ha sido partícipe de momentos trascendentales a nivel global, desde los emocionantes y recordados Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, hasta la adrenalina de los Premios de MotoGP, siendo cava oficial en ambos eventos. Incluso ha trascendido la atmósfera para acompañar a la astronauta Helena Kondakova en la Estación Espacial MIR, convirtiéndose en el primer vino espumoso que llegó al espacio exterior, en 1994.
Nuevo packaging y logotipo
En la celebración del jueves en Barcelona, también se presentó la nueva imagen de Freixenet Cordón Negro y el nuevo logotipo de Freixenet. Aprovechando el 50 aniversario, la marca estrena una nueva imagen caracterizada por su distinción, elegancia y modernidad. El nuevo diseño rejuvenece y pone en valor la marca, incluye sus icónicas señas de identidad y presenta el nuevo logotipo de Freixenet.
De hecho, la nueva presentación de Cordón Negro es más respetuosa con el medio ambiente. En el caso del formato mini, se ha reducido el peso de la botella y el uso de plástico, mientras que en la botella estándar se usan materiales más sostenibles, prescindiendo del plastificado en la etiqueta frontal.
Además, 2024 es el momento ideal para dar a conocer al mundo el nuevo logotipo de Freixenet, pues este año se cumplen 110 años desde que Pedro Ferrer Bosch y Dolors Sala Vivé fundaron la marca Freixenet en 1914. El nuevo logotipo está inspirado en la singular fachada de mosaico de las Cavas Freixenet en Sant Sadurní d’Anoia, diseñada por el arquitecto Joan Torras Puig. El logotipo ofrece lo que todas las grandes marcas buscan para su identidad, pero pocas encuentran: una historia única y significativa detrás de su diseño. Además, luce con orgullo la dinámica letra X en el centro como emblema inconfundible de la calidad y el espíritu alegre de la marca.