Barcelona está repleta de restaurantes. Muchas veces, tardamos más en elegir a dónde ir que en disfrutar en sí de la experiencia. Nosotras, que hemos visitado un sitio ideal para irte de cita con tu pareja o tus amigas, te traemos hoy una recomendación de las que puedes regalar o autoregalarte. Apunta en tu check list porque merece la pena.
Su nombre es Fukamura, un pequeño restaurante japonés que durante años fue una taberna de culto en el Eixample y que ahora ha dado un salto de gigante al ofrecernos algo que no pasa desapercibido: un espacio Omakase exclusivo, con una barra para solo seis comensales.
El restaurante lo tiene todo: una experiencia original, íntima y de la mano del chef Daisuke Fukamura, que siempre recibe a sus comensales con una enorme sonrisa. Con sus manos, el cocinero prepara para cada cliente un menú degustación de 14 a 15 platos servidos en directo por un precio de 95 euros. Y es que, por si no lo sabías, el concepto Omakase está ganado peso entre los amantes de la gastronomía. La palabra japonesa omakase significa “me pongo en tus manos”. Desde luego, ponerse en las manos de este chef nacido en Tokyo es todo un placer.
“Siento que ha llegado el momento de cocinar como realmente quiero. Sin carta, sin prisas, con total libertad y con el mejor producto posible”, explica Daisuke Fukamura, chef y alma del proyecto. Antes de abrir su propio local, depuró su técnica como sushi man en Koy Shunka, (el japonés con estrella Michelin), y trabajó en otros lugares de referencia como Espai Kru (con los hermanos Iglesias) o en Shibui, (refugio de estrellas del Barca y otros famosos).
Una cocina que combina el rigor de la técnica japonesa con la sensibilidad del chef
De acuerdo a su nombre, Omakase, la taberna también nos invita a “confiar en el chef”. Un espacio pequeño y cálido donde lo que realmente importa es disfrutar del menú que el chef prepara con una sencillez no apta para principiantes en la materia. Aunque el menú varía cada día, no faltan las piezas de sushi elaboradas al momento, caldos puros, texturas delicadas y una atención obsesiva al producto de temporada.
El restaurante, ubicado en calle Corcega 479, es ideal para una cita romántica, pero también sirve como un lugar para entablar diálogos con otras culturas. Cada pieza de sushi, cada bocado, se convierte en la excusa perfecta para hablar con el chef sobre la elaboración del plato o su origen dentro de la tradición nipona.

Porque sí, tenemos que hablar de sus increíbles platos. En el centro de la propuesta está la técnica milenaria del nigiri edomae: elaborado al instante, con el pescado tratado y el arroz tibio, que respeta tiempos y temperaturas. Destacan también los maridajes con sake, creados de la mano del kikisakeshi (sommelier de sake) y experto en gastronomía japonesa, Roger Ortuño. También sus elaboraciones con el tradicional ichiban dashi, primer caldo japonés extraído de kombu y katsuobushi, que resalta los sabores naturales de ingredientes locales como verduras de proximidad o pescados del Mediterráneo.
Si eres de los que buscan espacios cálidos y atmósferas minimalistas, tienes una cita con Fukamura. Un lugar donde la alta cocina japonesa del chef Daisuke te transporta a las tabernas tradicionales de Tokyo. No es un sueño: es real y está en Barcelona.