Asumir riesgos da vértigo. No saber si serás capaz de conseguir tu reto porque hay muchas variables que no controlas, acojona bastante. Y es que, cuando se trata de elegir y renunciar, a todos nos tiembla el pulso. Pero si no le pones fecha a tu propio desafío y empiezas a visualizarlo, siento decirte, my friend, que no alcanzarás la plenitud de sentirte realizado habiendo luchado por tus metas ni serás todo lo feliz que podrías ser si arriesgas por vivir tu vida de verdad.
No se sabe qué es lo que hace que pase una cosa y no otra. Que lleva a qué, qué destruye qué, o qué hace que prospere, o muera, o tome otro rumbo. Es tu vida, como todas las vidas; misteriosa, irrevocable y sagrada.
Wild Film.
El primer gran riesgo: siéntete capaz de cualquier cosa
Tiene que ser un riesgo a largo plazo o una aventura, tu propio Oscar otorgado por la academia de la vida. Una puta locura, una idea de esas que te encantaría llegar a hacer pero para la que nunca tienes tiempo, dinero o agallas. ¿En serio tu plan es seguir consumiendo monotonía, realidad y borreguismo? Te alimentas de excusas del tipo "ojalá", "me encantaría hacerlo", "es que" o "si no fuera por". Y aclaremos una cosa, todo tiene un precio y los grandes riesgos conllevan grandes decisiones.
Si quieres dar la vuelta al mundo prepárate, dibuja una hoja de ruta a largo plazo y un plan, porque vas a necesitar organizarte y poder llevarlo a cabo en un par de años. O es que crees que Colón se levantó un día y dijo: "Ey, izad las velas que nos vamos a descubrir América". Trabaja, ahorra, lucha por tu libertad y aduéñate de esa parte de ti que quiere y aléjate de la que debe. Escribe un libro inventado o autobiográfico, todo depende de lo interesante que sea tu historia; y permítete hacerlo retirándote del mapa el tiempo que necesites para terminarlo. Crea tu propia empresa, vive en una isla, inventa algo; créate en la medida en la que te sientas capaz y haz lo que te dé la gana. Prepárate y haz algo épico por ti. No has venido para sorprender al mundo, sino que el mundo está esperando a que te dejes sorprender. Déjate y conviértete en el mejor embajador de tu propia marca.
El segundo riesgo: ábrete en canal
Conócete, no te conoces lo suficiente. Eres imperfecto pero no quieres ver que eso te hace invencible. Solo tú puedes desbloquear tus sentimientos y liberar tus emociones. Permítete sentirlo todo, no te evites. Pásate una itv a fondo, sé honesto, sincero y acéptate. No eres nadie más que tú contigo mismo, no pretendas ser otro/a, es más bonito que aspires a ser mejor.Mírate como se admira a una obra de arte, sin vergüenzas ni rubores. Atrévete a quererte no más, mejor. Enfréntate a sobrevivir a un riesgo emocional muy heavy y supéralo. Hay mucho poder en ti, aprende a utilizarlo. Tienes que experimentar tus límites, vencer tus miedos y probar tu capacidad de superación. Haz un pacto de honradez y lealtad con tu presente y con tu futuro. Y, sobre todo, prométete ser profundamente fiel en tus decisiones y tómalas por convicción.
Saber quién eres despejará muchas dudas y reforzará tu autoestima. Sé tolerante y paciente con tu carácter y aprende a dominarlo. Perdónate y pasa página, lo nudos si no se deshacen obstruyen el curso natural de las cosas. Nunca jamás, te arrepientas de nada.
El tercer riesgo: desprográmate
Estás intoxicado viviendo rápido, pensando poco, durmiendo mal, teniendo que hacer cosas que no quieres hacer y llegando tarde. Replantéate tu vida, la calidad y cantidad de lo que debe rodearte. Existe un equilibrio entre lo común y lo saludable. Mantén el rumbo y no abuses de la rutina, el conformismo es perjudicial para la salud. Busca la combinación entre hacer algo que te encante sin que eso te haga adicto. Separa lo emocional de lo racional y huye de lo que se espera de ti, porque solo tú eres quién marca las expectativas.
Sal de las redes sociales y vive, respira, existe. Víciate de los pequeños placeres y no los añores, explótalos. Date todas las oportunidades del mundo, tienes un bono ilimitado. Y no te creas nada que no hayas experimentado por ti mismo. No tienes que ser nadie ni nada, directamente no 'tienes que' nada.
Como diría el luchador Pablo Raez:
Nunca, nunca te rindas.Todo lo que vale la pena, merece la alegría.
La lucha individual consigue menos resultados que la común.
Las ganas vencen al miedo. Siempre.
Hay que aceptar las sorpresas que vengan. Unas serán increíbles. Otras serán horribles.
Lucha como un jodido titán.
Tienes el poder de cambiar las cosas, utilízalo.
Siempre fuerte. Nunca hay motivos para rendirse.
Si hay algo que puedes hacer, hazlo.
Vivir es increíble.
Crédito de la imagen: Paolo Raeli