Ser una mujer trans nunca ha sido fácil. Serlo en 2025, con cada vez más gobiernos aprobando legislaciones antitrans, todavía menos. Y serlo siendo la hija de Elon Musk, un megamillonario excéntrico y transfobo, ya ni te cuento. Pero la activista Vivian Wilson nunca ha bajado los brazos y, desde el altavoz mediático que tiene, desde su posición de hija y enemiga pública de Musk, siempre ha dado la cara en favor de los derechos LGTBIAQ+. Ahora, en una entrevista con la modelo trans Alex Consani, Vivian habla de la importancia de abandonar el discurso apolítico y de mojarse de lleno para salvar la democracia de quienes quieren secuestrarla.
“No hay manera de decir oh, yo no me meto en política, soy neutral políticamente. Eso no existe en 2025”. Algo con lo que Consani está totalmente de acuerdo. Porque la presión ultraderechista es muy potente y amenaza con cercenar muchas de las libertad que hemos conseguido como sociedad. En un contexto así, de genocidio, de deportaciones xenófobas, de represión queer, de querer devolver a las mujeres al papel de cuidadoras sumisas, la neutralidad se vuelve complicidad. Ese discurso con aura de superioridad de yo no me meto en esos debates estúpidos es inaceptable ya. Hay demasiada gente sufriendo que no tiene ese privilegio a su alcance.
El problema es que el silencio no siempre está motivado por un anhelo de superioridad intelectual. Muchas veces es tan solo una consecuencia más del miedo. A la marginación. A la confrontación. A la penalización. También laboral. “Si una marca dijera no te queremos por lo que dijiste, yo diría lo repito. Creo que no tener censura es inherente a ser trans. Nuestra identidad ya es algo por lo que tenemos que luchar y simplemente tienes que decir al diablo y hablar de tus creencias. Porque no vas a cambiar quién eres, ¿verdad?”. No vas a pasarte la vida en la sombra. Ya tuvimos demasiados siglos de eso. No podemos ceder el terreno conquistado.
Esto enlaza directamente con lo que decía aquí: que son las “minorías” feministas, queer y racializadas las que lideran la resistencia. Precisamente por eso de lo que hablan Vivian y Alex: son personas a las que la discriminación ha obligado a defenderse 24/7 y lo llevan ya en su ADN. Tienen más rebeldía. Más fuerza. Más determinación. Y menos miedo. Como dice Consani, “me encanta ver que hay mujeres fuertes que defienden lo que creen. Eres realmente poderosa, nena. Sé lo que has pasado en tu vida y no ha sido fácil”. Todas las demás personas deberíamos aprender de ellas. El tiempo para la apatía ha terminado. Es el momento de hacerse oír.