En Corea del Sur matan más las enfermedades mentales y el malestar que el coronavirus. Entre el 2020 y el 2022 en el país se suicidaron unas 40.000 personas, una cifra que supera en un 22,7% el número de muertes por covid-19 durante estos mismos años (unas 32.156).
A pesar de mostrar una imagen “kawaii” a través de los grupos de K-Pop y los K-dramas, lo cierto es que muchas personas en la sociedad coreana padecen el malestar emocional y mental en silencio. La salud mental sigue siendo tabú. Donde se acumula el grueso de los suicidios es en los jóvenes menores de 30, grupo en el que se ha notado un incremento preocupante de suicidios. En 2022, el suicidio fue la causa de defunción de la mitad (50,1%) de los jóvenes de entre 9 y 24 años.
Entre los adolescentes, la tasa de suicidio también experimentó un aumento notable, pasando de 5,8 personas por cada 100.000 habitantes registradas en 2018 a 7,2 de 2022. Y, en el mismo período, la tasa de casos entre personas de 20 a 30 años ha pasado de 17,6 a 21,4.
Las cifras han sido expuestas por un estudio del ministerio de Salud y de la Agencia de Prevención y Control de Enfermedades surcoreanos. Estas cifras han puesto en alerta a las autoridades surcoreanas que ya hablan de “emergencia nacional”. Por desgracia, la situación tampoco es nueva para el gobierno del país, que el pasado abril lanzó el quinto plan de prevención con la intención de reducir un 30% el número de suicidios en cinco años.
Uno de los casos más recientes y que más ha conmocionado a la sociedad surcoreana ha sido el suicidio del ídolo de K-pop Moobin, que se suicidó con tan solo 25 años. Por desgracia, los suicidios entre los artistas de K-Pop no son ninguna novedad, sino que el nombre de Moobin se sumaba a la larga lista de estrellas que se han quitado la vida en los últimos años.
Moobin era integrante de la banda Astro y cuando se anunció la noticia en los medios, como en el resto de casos, se optó por el uso de eufemismos. En Corea del Sur es tabú aún hablar del suicidio, y mucho menos las causas de este. La presión, competitividad y el control a los que son sometidos los ídolos de K-Pop son unos problemas que también forman parte de la totalidad de la sociedad surcoreana. La competitividad del sistema escolar en Corea del Sur no tienen nada que envidiar al de China.
Desde bien pequeños los niños y niñas son expuestos a un gran estrés para ser los mejores de clase. Una presión que viene tanto de los padres como del entorno. En el mundo laboral y la vida adulta también continua la exigencia, a veces inhumana, sobre cómo deben comportarse los hombres y mujeres. Haciendo hincapié en la desigualdad de género