Todos conocemos la mítica casa de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, ese emblemático edificio en el West Village donde la protagonista subía y bajaba las escaleras con sus icónicos Manolos. Para muchos, se ha convertido en un lugar de peregrinaje, un destino turístico obligatorio para los fans de la serie que quieren estar cerca de la magia de Nueva York que Carrie representaba. Sin embargo, lo que muchos no saben es que en ese edificio vive una persona real: Barbara Lorber, la propietaria de la vivienda. Y, lejos de ser una mera curiosidad turística, para Lorber, la constante invasión de turistas se ha convertido en una auténtica molestia.
La casa, ubicada en el número 66 de Perry Street, es una construcción típica del West Village y fue adquirida por Lorber en 1978. Cuando la alquiló a la serie para grabar los episodios no se imaginaba que se convertiría en un lugar tan famoso.
La propietaria de la casa pide recuperar la “calidad de vida”
En una reciente audiencia con la Comisión de Conservación de Monumentos de Nueva York, Lorber pidió que se instalara una reja metálica en la entrada para proteger la privacidad de los residentes. Su objetivo es recuperar un poco de la “calidad de vida” que ha perdido debido al incesante flujo de turistas.
“A cualquier hora del día y de la noche, hay grupos de personas haciendo fotos con flash, hablando en voz alta, publicando en redes sociales y celebrando el momento”, comentó Lorber. A pesar de colocar una cadena en las escaleras para restringir el acceso, esta medida no ha surtido efecto. Los turistas continúan saltando la cadena, subiendo las escaleras, incluso tocando el timbre o mirando a través de las ventanas. Los carteles colocados en el edificio para pedir respeto a los vecinos tampoco han logrado calmar la situación, y los residentes siguen viendo cómo su hogar se convierte en una atracción turística incontrolable.
La situación ha llegado al punto de que, además de las molestias cotidianas, también se han producido actos vandálicos. Lorber ha encontrado pintadas en las paredes y otros daños que, según ella, son consecuencia directa del desorden generado por los turistas.
El regreso de la serie con el spin-off And Just Like That ha reavivado el interés por los lugares emblemáticos de Sexo en Nueva York, incluida la famosa casa de Carrie. Sin embargo, este resurgimiento de la popularidad no ha hecho más que incrementar la presión sobre Lorber y los otros residentes del edificio, que han pedido medidas de protección.