“España ‘corta el agua’ a los turistas británicos, dejándolos en ‘condiciones tercermundistas’”, eso decía el titular lanzado este pasado fin de semana en toda la portada del ‘Daily Mirror’, uno de los medios británicos con más repercusión en todo el país. No fue el único que se hizo eco de las quejas de varios turistas, el medio ‘Birmingham Live’ también compartió esta información que apunta directamente a las molestias causadas por las restricciones de agua. Unas restricciones que responden a la sequía que actualmente azota a casi toda España.
Ambos periódicos se centran en casos ocurridos en Cádiz y Málaga, que denuncian que estas restricciones dejan a los turistas ingleses “sin lo esencial para ducharse, cocinar o limpiar”. Uno de esos turistas exclama lo siguiente: “Aquí tienen grandes villas con cinco campos de golf y usan mucha agua. Yo viví en Oriente Medio ocho años y nunca tuve ningún problema con el suministro. Aquí hay escuelas con miles de niños que necesitarán lavarse y cepillarse los dientes por las mañanas, ¿cómo lo hacen?”.
Pero no fue la única queja publicada por estos medios. Otro turista decía: “Mi casero de Airbnb acaba de enviar un mensaje diciendo que debido a la falta de lluvias, nuestra vivienda reservada para julio no tendrá agua de 23h a 7h, ¿os parece normal?”. Aunque las críticas se centran, principalmente, en estas dos localidades, esto es algo que ha ocurrido en otras partes del país.
Ante este tipo de situaciones, las comunidades se centran en las medidas para gestionar la sequía al mismo tiempo que se intenta controlar los efectos del turismo:
Cataluña: Los hoteles y campings buscan la forma de limitar las restricciones del suministro de agua para sus clientes.
Andalucía: Las autoridades permiten el llenado de piscinas en hoteles mientras aplican restricciones a las instalaciones comunitarias.
Canarias: Se organizan movilizaciones para reclamar un mayor control del turismo de masas, ya que no solo destruye el patrimonio, sino que afecta directamente al día a día de quienes viven allí.
Habrá que ver cuáles serán los efectos que tendrán estas medidas frente al intenso verano de calor y de turistas que llegan, cada año, a España.