El bótox ya no es de ricos: esto es lo que hacen los multimillonarios para conseguir la eterna juventud

Bryan Johnson es un emprendedor americano que pretende modificar su cuerpo para tener 18 años eternamente

Pincharse ácido hialurónico o bótox para prevenir o disimular las arrugas se ha convertido en una práctica que ya no está solo reservada a los ricos y famosos. Las clases medias ahora pueden permitirse unos pinchazos para rejuvenecer. Mientras tanto, algunos multimillonarios ya han empezado a jugar en otra liga para conseguir la eterna juventud.

Bryan Johnson es un emprendedor americano que tiene una compañía por valor de 400 millones de dólares y que cada día se levanta a las 5.30 de la mañana. Y no lo hace para ir a trabajar. Lo hace como parte de una intrincada rutina donde lo primero que hace al despertarse es medir su peso, índice de masa corporal, nivel de hidratación y porcentaje de grasa. Mientras dormía, una máquina enganchada a su pene monitorizaba sus erecciones nocturnas. Todo esto lo hace con el afán de conseguir resetear su edad biológica. Quiere convertir su cuerpo de 46 años en uno de 18. Literalmente.

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En este sentido, contabilizar las erecciones nocturnas es esencial (aunque parezca una frikada). Estas son un marcador de la edad biológica, según explicaba el mismo Johnson a la revista Time. De media, las suyas suman dos horas y 12 minutos. Su objetivo es llegar a las tres horas y media, que es el tiempo que duran en el caso de una persona de 18 años.

Desde el minuto en que se levanta, todas sus acciones a lo largo del día van orientadas a una única cosa: desafiar el tiempo y la naturaleza. Incluso ha escrito un libro, Don’t die , donde defiende que la muerte ya no es inevitable. Como decíamos, los multimillonarios ya están jugando en otra liga.

A pesar de querer tener el cuerpo de un chaval de 18 años, toma más pastillas que todos tus abuelos juntos. Concretamente, toma 111 pastillas, todas ellas llenas de vitaminas y compuestos para mejorar el funcionamiento de su cuerpo a nivel interno. También se aplica una máscara de luz roja y azul para estimular el colágeno de la piel, hace obligatoriamente una hora de ejercicio y una especie de ayuno intermitente donde solo puede comer entre las seis y las once de la mañana.

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La dieta que sigue deja a Carlos Ríos y a su Realfooding como meros aficionados: solo toma zumos verdes, pudings cargados de frutos secos y un plato de verduras al vapor con lentejas pasado por el túrmix. Vamos, come las mismas cosas que cualquier persona que está a punto de empezar la universidad.

Si buscamos en su pasado podemos ver que esta obsesión con la eterna juventud vino precedida por una depresión, un divorcio y un período en el que se engordó más de 20 kilos. Después de hacerse rico con la venta de Paypal, ahora ha creado la compañía Blueprint donde investiga cómo conseguir rejuvenecer biológicamente y sin necesidad de quirófano. Así, él mismo se ha convertido en su propio conejillo de indias y asegura que gracias a esta rutina tan estricta, a sus 46 años ya tiene los huesos de una persona de 30 y el corazón de una de 37 años.

Esta obsesión para desafiar el paso del tiempo, salvando las distancias, recuerda a la historia de esa mujer que se pasó gran parte de la vida sin sonreír para evitar las arrugas de expresión. Y consiguió notablemente reducirlas. Ahora bien, la pregunta que nos asalta sigue siendo la misma: ¿Para qué quieres ser eternamente joven si no puedes disfrutar la juventud y tienes que privarte todo el tiempo?