Empieza poco a poco
Pero hay solución. Según esta misma profesional, puedes comenzar poquito a poco con mensajes en Whatsapp. No, no es lo mismo, pero de esa manera conseguirás superar el principal obstáculo que te amenaza: la preocupación de que la otra persona te vea como alguien que dice esas cosas. Al principio es raro. Sobre todo si os conocéis de hace tiempo y nunca habías jugueteado en este sentido. En concreto, dice Allen, puedes empezar “describiéndole lo que esperas sexualmente o lo mucho que disfrutaste la última vez”.
Romperás el hielo. Lograrás marcar la línea de lo que te mola en ese sentido y descubrirás la línea de lo que le mola a la otra persona. Y, a partir de ahí, solo es cuestión de encontraros en el medio y llevarlo a la vida real. Y créenos: es muchísimo más sencillo hacerlo cuando ya os habéis dicho barbaridades a través del teléfono que hacerlo de la nada. Como guía, por si os perdéis, Allen aconseja seguir esta premisa básica: “¿Te gusta lo que ves? Dilo. ¿Disfrutas de lo que estás sintiendo? Descríbelo”. Fácil pero muy efectivo.
Suéltate (solo si quieres)
Dicho esto, es importante tener en cuenta algo: el proceso de superar la vergüenza de decir guarradas en la cama tiene sentido cuando es una práctica que TÚ, desde tus propios deseos, quieres llevar a cabo en tu vida. Si no te mola el asunto, si eso de soltar cosas picantonas no va contigo, puedes olvidar todo lo incluido en este artículo. Recuerda que no tienes que forzarte a nada solo porque a tu pareja le motive. Una cosa es que te ayuden a explorar nuevos límites. Otra que te lleven donde nunca quisiste ir. Tenlo presente.