El que no quiso cuando pudo, no podrá cuando quiera.
Atentamente, La Oportunidad.
Este artículo está dedicado a todos los cobardes que no se atreven a vivir, que no arriesgan, que no merecen la oportunidad de elegir, porque pudiendo hacerlo no se deciden ni siquiera a intentarlo. Y también a los que pierden y hacen perder el tiempo con eso no se juega. Es un recurso tan valioso que no les debería ser concedido por la incapacidad que tienen al hacer un uso tan pésimo del mismo.
El deporte más practicado hoy en día no es ni el Running ni el Twerking, es El mareo. Es un hábito nocivo pero muy corriente que se está normalizando y da igual que te cuides y comas sano, también te puede pasar a ti y, sin darte cuenta, estás mareando a alguien o te han mareado a ti. Qué mareo, joder. Ya está bien de incertidumbres, ya basta de tener que pensar tanto las cosas y de poder y no querer. Quemar calorías así desgasta demasiado, sería más satisfactorio para el cardio - y la salud emocional de los demás - que probaras alternativas como la decisión, el compromiso y la estabilidad siempre con algo de emoción, pero sin tanta intensidad, por favor.
Un día es blanco y al otro es negro
Hay personas que tienen un don, el de no saber lo que quieren. Las reconocerás fácilmente en situaciones como el ahora sí, ahora no; el quiero pero no quiero, contigo pero sin ti, y el famosísimo vienes y te vas también conocido como la bomba de humo, benching o benching

Consejo: Aléjate de alguien que no tiene objetivos claros y que tiene de todo menos ganas de apostar por ti. Las pausas y las dudas que necesite cada uno no pueden ser una constante en la que bases tu relación. Si la persona con la que estás no sabe lo que quiere, no consientas vaciladas ni te metas en un bucle de indecisiones.
El perro del Hortelano: ni come ni deja comer
Ni conmigo ni sin mi. Es el típico perfil de –no me llames porque necesito un tiempo pero llámame porque en realidad quiero saber qué haces, cómo estás y decirte que te echo de menos–. También quieren una relación abierta y poder follar con quién quieran con la excusa de que eso solo es sexo pero te quieren a ti sí, muchos usan esta teoría tan bonita como excusa barata. Sin embargo, no quieren que tú te acuestes con nadie porque se les hace muy duro imaginarte con otro. Son indecisos y ambiguos, pero no tontos.

Consejo: El corazón es un músculo sano al que hay que cuidar y mimar, tanto el tuyo propio como el de la persona que te importa. Por eso para mantener las constantes en su justa medida hay que decidirse, hay que dedicarse y hay que poner los huevos en la sartén si queres estabilidad. Las relaciones 'péndulo' te volverán loco de remate y, cuando quieras darte cuenta, no sabrás como salir de ese pozo sin fondo.
La autocrítica
No caigas en creer que toda la culpa del mareo la tiene el otro y plantéate si de verdad eres víctima o 'vas' de víctima, si realmente estás disfrutando de la relación o te estás conformando por pura comodidad. Porque, en el fondo, nos encanta quejarnos y clamar que ojalá todo fuera así y no asá. Decide si abres o cierras los ojos a una realidad distinta. Aquí no hay malos ni buenos, hay vida y está esperando a que la vivas; ya.

Consejo: Cada uno es lo que ama y si no te quieres bien nadie te querrá mejor. Arriesgarte a sentir no te convierte en valiente sino en inteligente; por lo que sería fetén que no vayas de víctima y asumas donde estás y donde quieres estar. Tienes dos opciones: seguir como hasta ahora –situación segura– o cambiar, atreverte, probar o mandar a la mierda a quien no lo hace contigo y, además, no te deja hacerlo. El gran Albert Einstein dijo "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo" y le funcionó.
Búscate un compañero que lo tenga claro como el agua. Que quiera caminar siempre a tu lado, ni un paso por delante ni un paso por detrás. Que entienda el 'contigo' como algo positivo y no posesivo. Que quiera construir y no destruir. Hay millones de personas en el planeta y aunque creas que no existe una persona así para ti, te equivocas. Quizá tienes que poner a trabajar al amor propio para que sirva de espejo y así puedas reflejarte como alguien convencido de tus 'quiero' y no de tus miedos.
Créditos de las imágenes: Alfonso Casas Moreno