¿Cómo es tu relación? Normalmente diremos sana. Aunque, involuntariamente, estemos entrando en patrones tóxicos de conducta. Ups. Según el doctor Bruce Fisher hay siete tipos de relaciones. Y solo una de ellas es la que se considera “sana”. El resto, de forma más o menos patológica, tienen conductas nocivas que corregir. Las resume Adály E. López Sierra conocida en redes como @1minutodepsicologia, para que podamos identificar los patrones comunes y darnos cuenta de todo eso que deberíamos cambiar por el bien de ambos.
1. Relación de dependencia en forma A
Este tipo de conducta puede parecer sana, porque ambos se apoyan mutuamente y quieren que el/la otrx esté bien. Si está mal estarás ahí, no le pones límites y quieres a la persona por quien es. Pero hay una condición: la quieres por quién es en ese momento, porque está en “igualdad” contigo. Si unx de lxs dos intenta crecer, cambiar o alejarse un poco, el/la otrx se inquieta, porque ha construido su vida alrededor de lo que tienen en ese momento y pasa de apoyarlx a convertirse en un lastre que intenta arrastrar a su pareja para que no avance. Rasgo muy tóxico: una persona no dejará de quererte si avanza, y si lo hace es porque esa relación ya había llegado a su fin. La gracia es crecer juntos, aunque sea por caminos muy diferentes, porque siempre habrá algo que compartiréis: el amor.
2. Sofocante
Es la típica de adolescente, aunque no exclusivamente. Frases como “no puedo vivir sin ti”, “mi vida depende de ti”, “vivo por hacerte feliz”, “eres la clave de mi felicidad”, y todos esos tópicos de amor tóxico y sofocante que pueden acabar en una relación de dependencia y chantaje emocional. Eso sí, como recuerda la divulgadora, es normal si al principio estamos un poco “sofocantes” es lo que se conoce como etapa luna de miel, lo importante es saber bajar el ritmo de sofoco y dar espacio cuanto más avanzamos en la relación.
3. La pedestal
Es aquella en la que unx de lxs miembros de la pareja idealiza al/la otrx. Vamos, tiene a su objeto de amor en un pedestal y se cree inferior, por lo que tiene que demostrarle su adoración constante. Esto es negativo para ambxs: para el/la “inferior”, rebajarse demasiado y no tener mucha autoestima, para el/la de arriba, si está en ese pedestal porque su pareja lx subió ahí, “puede producir inseguridad porque hay que llenar muchas expectativas”. En una relación hay igualdad, aunque tú creas que tu pareja es mucho mejor que tú, no hay personas “mejores” y “peores”.
4. Amo-esclavo
Este tipo de relación no hace referencia al juego de roles sexual del BDSM. Es algo más profundo y psicológico, son esas relaciones donde una persona toma todas las decisiones y es el/la “líder”. Vamos, su pareja tiene que demostrarle constantemente su afecto para que el/la amx le preste atención. Este tipo de relaciones “tienden a consumir una gran cantidad de energía emocional; se presenta desigualdad y distanciamiento afectivo”, añade López Sierra.
5. Casa de huéspedes
“No hay comunicación en la relación; acostumbran a llegar a casa y cada quien tiene sus actividades. No hay momento de convivencia, cercanía”, define la divulgadora. Es el típico momento previo a la ruptura, cuando ya habéis roto y hecho el luto, aunque sigáis juntos. Y luego rompéis porque literalmente no sentís nada. Si llegas hasta este punto, o lo corriges rápidamente, o vete preparando para bajarte Tinder en dos meses.
6. Relación de mártir
Unx de lxs dos lo hace todo por lxs demás, pero nunca para sí mismx. Entonces, como está triste porque se ha perdido cosas y la gente no le devuelve el 100% de sus acciones, se hace la víctima y hace que lxs demás se sientan culpables para manipularlxs y mantenerlxs a su alrededor. “Es que te lo di todo y aun así tú no haces esto tan insignificante por mí, es que no me quieres”, sería una frase típica en esta relación. Es una forma de manipulación, sí.
7. Relación amorosa sana
Es esa a la que aspiramos, esa que tantas veces hemos definido. En una relación sana, dos individuos independientes se encuentran en el mundo y caminan juntos, dándose amor recíproco y no por necesidad. Tienen sus espacios, se pueden separar para crecer individualmente, pero todo ese crecimiento que hacen solxs no es un impedimento para seguir creciendo en pareja. Se quieren, se apoyan y quieren estar en la vida del otrx, sin trucos, culpabilidades, amenazas, inseguridades, miedos o manipulaciones.