Hemos hablado mucho de la rutina dentro de las relaciones, de cómo puede afectar caer en hacer siempre lo mismo, de cómo puede apagarse la chispa que mantiene vivo el interés y las ganas de seguir cerca de una persona. A medida que pasa el tiempo este obstáculo puede ir haciéndose mayor y pocas cosas se pueden hacer si ambas personas tienen que destinar gran parte de su tiempo a su trabajo y cuando toca pasar tiempo juntxs lo único que apetece es descansar. Hay un punto dentro de las relaciones que puede experimentarse como el que más generará conflictos: a los siete años.
La llamada “inquietud de los siete años” es que las parejas amorosas experimentan turbulencia y un punto especial para ajustar las cuentas y replantearse hacia dónde va la relación. “Se define como un periodo en el que las parejas evalúan: o se dan cuenta de que relación no está funcionando o se sienten profundamente satisfechxs y con total compromiso con su relación”, explican desde Psychology Today. A partir de este punto puede haber una transición y se pueden establecer mejor los vínculos o pueden acabar por desenlazar en una distancia entre la pareja.
Se dice que esto ocurre a los siete años porque ya se han superado muchos niveles, conflictos y las experiencias tanto positivas como negativas han sido muy variadas. Es un momento donde seguramente ya se han establecido responsabilidades, convivencias y se habrá intentado combinar la vida personal con la de la pareja. Esto siempre y cuando se trate de una relación, por decirlo de alguna manera, normativa. Es posible, aún así, que esta aparición de conflictos y turbulencias pueda aparecer antes, alrededor de los cinco años.
La vulnerabilidad de las parejas en relación al tiempo es un tema que se ha tratado y sigue tratándose a través de la psicología en muchas de sus vertientes. A pesar de que esto sea así cada pareja vive su sendero propio. Esto lo aclaramos para que no parezca que, si aún no has pasado por un momento grande de conflicto, eso quiere decir que está a punto de llegar. No es así. Cuida tu relación no solo con tu pareja sino contigo mismx y no tomes decisiones influenciadx por las expectativas o por lo malo que pueda llegar a ocurrir.