Si Sientes Que Lo Das Todo Y Nada Es Suficiente, Aléjate De Esa Relación

Sé que tú también has pensado eso de: todo va a cambiar en algún momento. Te haces a la idea de que no todas las relaciones comienzan de forma idílica. 

Los seres humanos tenemos, a veces, la extraña capacidad de autoexprimirnos como un limón hasta que ya no queda ni una gota dentro de nosotros. Nos quedamos vacíos. Y no hablemos de lo que puede llegar a dar de sí nuestra capacidad de aguante. Da igual que todos te digan lo imbécil que estás siendo. Tú no te rindes. Es lo que pasa cuando estás enamorado y hasta el último poro de tu cuerpo es consciente de que esa relación no funcionará ni aunque baje Cupido y se ponga a lanzar flechas como un descosido.

Sé que tú también has pensado eso de: todo va a cambiar en algún momento. Te haces a la idea de que no todas las relaciones comienzan de forma idílica. La esperanza aumenta después de un gesto cariñoso inesperado y poco habitual o, por qué no, el polvo con más sentimiento que has echado en tu vida. Pero dura poco, y en seguida vuelve ese runrún en tu estómago y en tu cabeza que no te deja pensar con claridad. Intentas engañarte, ¿eh iluso? Pero la realidad es que tú sabes perfectamente que la cosa no anda bien. Has vivido antes otras relaciones y sí, claro, había vaivenes, pero eres perfectamente consciente de que esto es un continuo calvario con mínimas excepciones de alegría.

Y no será porque no has intentado todo. Incluso a ti, que otras parejas habían llegado a echarte en cara tu escasez de detallismo, ahora te da por pensar "qué le puedo regalar por su cumpleaños" dos meses antes. O eres la primera persona en saber que su grupo favorito estará en la ciudad y estás listo para sacar las entradas. O estás ahí al instante cuando te necesita, pero al contrario no siempre ocurre. No hay nada en tu lista de 'cosas que ofrecer' que no hayas entregado ya. Y aún así, ¿qué es lo que pasa?, ¿Por qué nunca nos entendemos?, te preguntas sin cesar.

Puedes darte cuenta antes o después. Mejor dicho, puedes aceptarlo y tomar medidas antes o después, porque saberlo, ya lo sabes. Por mucho que tú des, vuestro amor o pseudoamor nunca va a llegar a nada. ¿De verdad quieres seguir consumiéndote? Créeme es mejor aprovechar tus energías en algo que te de más satisfacciones, que realmente te haga feliz. Quizá no sea esa tu persona, o quizás si lo sea, pero no habéis coincidido en el momento justo. En cualquiera de los dos casos, déjalo marchar.

La insistencia y la cerrazón no conducen a nada. Puedes pasarte el día intentando comprender por qué una relación que tiene todo para ser perfecta, solo te genera noches en blanco. Déjame advertirte: tus amigos acabarán cansándose y odiando todo lo que tenga que ver con esa historia. O puedes vivir. VIVIR. ¿Quién necesita amargarse la vida con algo que no conduce a nada? Lo mejor que puedes hacer es cuidarte y en una relación tóxica, solo te envenenas.