En el amor y el sexo siempre se empieza fuerte. Porque todo es una aventura, un descubrimiento. Una excitante y placentera investigación. Os probáis continuamente, y cada encuentro es más satisfactorio que el anterior. Pero llega un momento en el que el ímpetu se desinfla, en el que ese interés del inicio desaparece. El gusto por intentar esta y otra postura parece haberse congelado. Ya no apetece 'amarse'; al menos, no tanto como antes. Pero, ¿por qué? La rutina, el cansancio y el estrés se revelan como las excusas más típicas, pero existen otros motivos físicos sin tener en cuenta los psicológicos que merman tu deseo sexual, que la atacan con virulencia. Esta es una lista con los más habituales, seguidos de sus remedios para que el dormitorio vuelva a convertirse en el escenario de un explosivo torbellino sexual.
La falta de ejercicio
El organismo es una máquina que funciona gracias al bombeo incesante de sangre. Por eso, a mayor bombeo, mayor fortaleza. El ejercicio físico es el mejor guardián de la salud cardiovascular y, en consecuencia, del mantenimiento del deseo sexual. Pero si la vida, las jornadas de trabajo maratonianas y las asfixiantes rutinas no dejan ni un minuto para salir a correr o para apuntarse a spinning, siempre se pueden seguir los consejos que el doctor William Kolbe condensó en su libro El poder rejuvenecedor de la masturbación. Sobran las explicaciones.
Una mala alimentación
Alimentos fritos, salados o con grasas saturadas, mal. Comidas afrodisíacas, bien. Es sencillo: una dieta poco equilibrada que derive en retención de líquidos, en digestiones difíciles y en sensación de hinchazón hará mella en el ánimo por practicar cualquier actividad que implique movimiento, como el sexo. Por eso, el mejor consejo es elaborar unos menús saludables e incluir en los platos productos 'excitantes' como el chocolate, la canela o el mango.
Hidratación insuficiente
Menos patatas fritas y más agua y zumos. Porque deriva en una sensación de cansancio y agotamiento, en dolores de cabeza y puede conllevar además una sequedad vaginal que congele en interés en las relaciones sexuales por tornarlas incómodas y dolorosas.
¿Un nuevo tratamiento médico?
Tal vez la culpa no sea del todo tuya, sino que el desinterés haya sido motivado por alguna pastilla o tratamiento que, buscando arreglar un mal, está causando otros daños colaterales. La solución es sencilla: si la sospecha es fundada, bastará con comentar el nuevo escenario de libido baja con el médico y tratar de encontrar una alternativa.
Quizá tengas problemas de tiroides
De nuevo, un problema de salud. Las enfermedades relacionadas con la tiroides, como el hipotiroidisimo, pueden afectar a la producción normal de hormonas sexuales. Por lo tanto, una visita médica podrá hacer por el sexo más de lo que puedes imaginar.
El sexo insatisfactorio
Porque no basta con tenerlo, sino que hay que practicarlo en condiciones. Un sexo monótono o incómodo generará, de por sí, desinterés, provocando que los aburridos encuentros se espacien más y más en el tiempo, terminando por desaparecer y ello conllevará problemas de pareja. Antídoto: imaginación –de ambos– al poder. Juegos excitantes, sorpresas y pruebas que aviven el fuego de los inicios, cuando todo era un mágico descubrimiento.
Los motivos ya están sobre la mesa. Ahora solo hay que ponerles remedio.