Nunca he sido muy de príncipes azules, aunque reconozco que lo de ser felices y comer perdices, vivir en castillos y que se preocupen por ti hasta como para pelearse con dragones es algo tentador. Sin embargo, la gracia quizás se encuentra en que es solo un cuento y que en una vida real, llena de matices, jamás podría funcionar; primeramente, porque azules también son los pitufos, y nadie sueña con ellos, y, en segundo lugar, porque habría que verlos con fajín y mallas bajando del caballo. Pero ojo, que opino exactamente igual de las princesas de cristal.
Estoy convencida de que estos "cuentos" han creado en nuestras mentes algunas falsas pero bonitas expectativas que con la edad ibas descubriendo que eran tonterías innecesarias que se podían cubrir muy fácilmente con pequeñas cosas del día a día. No obstante, no sé muy bien qué ha pasado en los últimos años con las nuevas generaciones, que han ahogado en el water al príncipe azul y a la princesa de cristal. ¿Se ha perdido ya toda la magia?
Me considero realista y muy poco de cuentos, pero sí creo en la magia, a pesar de que ha quedado muy claro que las cosas han cambiado, y mucho. Imagina que ahora te vas al campo y te ataca un dragón en una noche estrellada, ¿dónde vas a encontrar un príncipe barbudo que no se haya ido en busca de una rave? La cosa está mal, eso está claro, pero muchos seguimos esperando la magia.
Los que han nacido ya con Tinder, Facebook, Instagram, Snapchat, etc,. se han saltado al príncipe azul y a la princesa de cristal para dar paso a príncipes verdes y princesas que se ponen moradas; esto es así. ¿Dónde está su inocencia? ¿dónde ha quedado el amor imposible? ¿ya nadie sufre de amor? Con quince años, antes, el desamor era muy doloroso, pero ahora dura lo mismo que una publicación en Snapchat. En algunas cosas, es hasta envidiable, pero en otras, creo que se están perdiendo la intensidad, el valor de las cosas, el esfuerzo por conseguirlas, la intimidad, la eterna espera, el misterio y, por supuesto, la magia.
Y muy en el fondo, creo que los príncipes verdes siguen buscando princesas de cristal y las princesas moradas se mueren por un príncipe azul, porque aunque todos sepamos que era un cuento por suerte en la mayoría de cosas, muy lejos de la realidad sigue quedando la magia. Quizás solo se han construido una coraza invisible. Antes estaba todo lo de dentro al descubierto y lo de fuera con cuello vuelto, y ahora todo lo contrario, lo de dentro está escondido y lo de fuera lo vemos en cada foto de Instagram.
Crédito de la imagen: Jonathan Moyal