Sabes que es cuestión de tiempo, pero muchas veces te preguntas de cuánto. Te sientes como un número impar. A tu alrededor, la gente se va emparejando. Algunos saltan de una pareja a otra. Otros, encuentran a una y se quedan con ella.
No tienes claro que lo de tener pareja sea tu rollo. Te has acostumbrado a estar por tu cuenta y eso no tiene nada de malo. A veces, incluso te parece que la gente se empareja por inercia. Que se conforman con menos de lo que querrías tú. No quieres estar con alguien por estar. Estás en tu mejor momento y lo que quieres es disfrutar de la vida. Ya tendrás tiempo de sentar la cabeza.

Pero, a veces, ves algunas parejas que sí entiendes. Ves cómo se miran, cómo se tratan, y te encantaría ser así de importante para alguien. Y que alguien fuera así de importante para ti. Eso sí que escuece un poco. Escuece pensar que han encontrado algo que tú todavía no has hallado. Que no sabes si vas a llegar a encontrar.
Hay ocasiones en que te preguntas si no será que eres muy exigente. Porque lo cierto es que, sí, te ha gustado gente y, sí, has tenido tus historias, pero ninguna era importante ni ha durado mucho. Tú no sentías amor. Es posible que hayas sido la persona de los sueños de alguien pero, qué se le va a hacer, tú no estabas a ese nivel. Has llegado a plantearte si no será, simplemente, miedo al compromiso. A lo mejor tienes miedo de que te hagan daño, o de hacer daño, o de acabar teniendo una de esas relaciones deprimentes en las que parece que lo único que se puede hacer es ir por la calle de la mano, follar los domingos y aburrirse delante de la tele.
Lo cierto es que tú crees que el amor es otra cosa. Algo mucho más intenso, mucho más vivo. A veces has creído sentirlo, pero las mariposas desaparecieron en cuestión de semanas. Así que te diste cuenta de que estabas confundiendo hormonas y amor.

Creo que muchas veces tenemos una idea equivocada del amor. Creo que lo confundimos con admiración, con fascinación o con deseo. No sé si es tu caso. A veces creemos que, si no pensamos en esa persona a todas horas, si no nos induce a cometer locuras, si no da un vuelco evidente a nuestro mundo, no estamos enamorados. Pero, al final, las grandes historias de amor suelen ser mucho más sencillas y mucho menos espectaculares. Porque el amor tiene más que ver con ser parte de un equipo que con cenas románticas y momentos de película. El amor, más que con la intensidad, tiene que ver con la profundidad. Tiene que ver con el hecho de que el mundo es mejor porque esa persona existe. Esa persona que es humana y que tiene tantos defectos como tú. Pero, a pesar de todo, juntos sois mejores.
Por eso, no pienses tanto en ello. Disfruta, conoce, diviértete. Y, sobre todo, no te cierres. Porque, a lo mejor, un día te das cuenta de que estabas amando ya y no te habías dado cuenta.
Crédito de la imagen: Sarah Bahbah