No soy tu primer amor, ni el segundo, ni si quiera sé si seré el último. Sé que has amado antes y que podrías amar de nuevo, al igual que sé que ahora me amas a mí y nada más importa.
No eres perfecta. Hay días en los que no te soporto. Yo tampoco lo soy. Hay días en los que no me soporto. Tú mejor que nadie sabes que soy un absoluto desastre y quizá no somos la pareja perfecta. Pero si puedes hacerme reír como lo haces, hacerme reflexionar sobre mis dilemas internos, y podemos ser humanos y cometer errores, el uno con el otro, juntos, te prometo que no te voy a dejar escapar, te juro que voy darte lo mejor de mí.
Puede que no me escribas canciones, ni me des los buenos días a primera hora de la mañana como hacen muchas otras parejas y estoy seguro que tampoco piensas en mí en todo momento, pero el hecho de que me elijas, que me entregues algo tan delicado, tan frágil como tu verdadero yo, para mí es más que suficiente.
Voy a procurar no hacerte daño, y si lo hago algún día, perdóname. Por nada del mundo voy a intentar cambiarte ni voy a esperar más de lo que soy consciente que tú me puedes dar. Pero no te lo puedo prometer, porque sabes tan bien como yo que no sabemos de qué humor nos vamos a levantar mañana por la mañana.
Lo que sí te puedo prometer es que voy a sonreír cada vez que me hagas feliz o al ver tu cara cuando yo te haga feliz. Voy a gritar cuando me enfade, sabes que soy persona que no puede callarse las cosas y hay veces en las que puedo ser hasta cruel. Pero también te voy a echar de menos cuando salgas por la puerta de mi casa echa una furia y tenga que ir a buscarte, de pie o de rodillas.
Te voy a querer, hoy lo demostraré más, puede que mañana menos, y no porque no te quiera lo mismo, sino porque mi vida es un vaivén emocional en el que no puedo controlar cada segundo del tiempo, pero lo que puedo sentir por ti es una constante en alza.
No eres perfecta, la verdad es que no existe ninguna mujer perfecta, pero eres perfecta para mí.