No tienes por qué encajar en todos los grupos

A veces creemos que el problema somos nosotros cuando en realidad no hay ningún problema

El primer día de universidad me junté con un grupo de chicas que eran simpáticas, pero aun así notaba que yo no fluía del todo con ellas. Estaba más pendiente de intentar encajar que de las conversaciones en sí o de ser yo misma. Pensé que, bueno, era el primer día y puede que debiera pasar el tiempo. Spoiler: al cabo de tres semanas no volví a hablar con ellas. Pero, esas tres semanas intentando encajar fueron lo peor.

Fueron las peores semanas, no porque me tratarán mal en el grupo, sino porque no entendía como podía caerles bien a esas personas, pero a la vez sentirme fuera: fuera de los temas de conversación, de los intereses, de los problemas... Si alguna vez te ha pasado, seguro que sabes perfectamente cuál es ese sentimiento. Pero tú sigues, erre que erre intentando sentirte parte de ese grupo.

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El problema es que esto muchas veces deriva en una situación donde, por un lado, las otras personas empiezan a desarrollar más afinidad entre ellas y tú, paralelamente, te sientes más fuera y te rayas aún más por no ser capaz de llevarte igual de bien. Bueno, es que la realidad es que no tienes por qué encajar en todos los grupos.

Querer encajar es uno de los deseos más arraigados en los humanos, y viene de ese pasado donde la soledad significaba morir. Pero también queremos encajar por ese deseo de gustar a los demás. De la misma manera de que nos preocupamos cuando encadenamos diversas relaciones de pareja fallidas, también pasa lo mismo con las amistades y grupos cuando no encajas. Acabas pensado que tú tienes algún tipo de problema, cuando no es así.

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No encajar no significa que seas menos interesante o que tengas menos habilidades sociales. Más allá de que seas un poco más o menos tímidx, también es una señal de que allí no es. No es en ese grupo de personas dónde encontrarás tus mejores amigxs. Lo que tienes que hacer es no darle más vueltas y seguir con lo tuyo, pues rápidamente encontrarás otras personas con las que tengas más afinidad.

Si estás con un grupo de gente en el que desde el primer momento te sientes cortadx, escúchate a ti mismx y no te empecines en que se conviertan en tus amigxs. Puede que sean buenos compañeros para pasar un rato en el curro, pero no te rayes porque no son el tipo de gente que necesitas para crear una amistad. Y la señal es que sientes que nunca puedes ser tu mismx.