No Hemos Nacido Para Que Alguien Nos Complemente

Una de las tantas teorías del amor afirma que "amar es conseguir a alguien que nos complemente". ¿Qué tiene de bueno o de malo esta teoría?

¿Cuántos cuentos o historias sobre el amor has escuchado? ¿Cuántos de ellos te has comido? Por defecto, el amor y las emociones van de la mano, lo que los hace ver como una especie de cómplices en este misterioso pasadizo que es enamorarse.

Nada ablanda más a una persona que estar enamorado. Te vuelves sensible a todo, lo ridículo te parece romántico, cuando estás escuchando la explicación de alguien más sobre “lo que significa el amor” asientes a todo lo que dice con una gafa sonrisa, dices comprenderla y repites mil veces “sí, sí… es así como lo estás diciendo; me pasa igual”. Son los caminos rosas del amor, donde se pierde la cabeza gracias a lo que supuestamente dice el corazón y terminamos afiliándonos a una especie de “clanes” no formales que comparten ideologías al respecto.

Es así como terminamos dejándonos seducir por “verdades” como: “estar enamorado es aceptarlo todo”, “amar es perdonar y nunca juzgar”, “sientes amor verdadero cuando no sabes cómo explicarlo”; y el que tiene la medalla de oro es “amar es complementarse”. Este último es el más aceptado porque suena “lógico” y hasta bonito decirse mutuamente aquello de “tú me complementas”. ¿Acaso fue que nacimos sin algún pedazo? ¿Por qué nos suena inteligente el creer que dependemos de alguien más para vivir o para ser felices?

Aceptar que “alguien nos complementa” es decirle al mundo entero "¡ayúdame! porque no soy autosuficiente". Es gritar a los cuatro vientos que para que nuestra vida sea vida, necesitamos a alguien más. Es arrojar toda nuestra independencia y seguridad por un tubo hacia un depósito de nada, donde solo se acumula aquello que no tiene valor. Aceptarlo de manera colectiva nos haría ver como carritos chocones, pegándonos a todo el mundo a ver a cuál pertenecemos; y aceptarlo de manera individual es decirte en el espejo: yo no soy nadie, porque me falta algo.

¿Damos por sentado que el amor es esa cosa horrible o pensamos objetivamente? Porque de ser así, querer estar enamorado es querer dejar de ser independientes para sujetarnos a la velocidad y ritmo de otra persona que anda en la misma onda que nosotros: buscando arrimársele a alguien más; y si acaso eso es “estar enamorado”, ¿quién se va a querer enamorar?

Pues bien, si no es para que nos complemente, ¿para qué vamos a querer estar con alguien más? Puede que sea para compartir nuestras alegrías y tristezas, para tener alguien con quien hablar. Para hacer promesas y cumplirlas, para comprometernos y demostrar que tenemos integridad. Compartir experiencias, tener el apoyo de alguien que nos comprende más que los demás y lograr una complicidad casi perfecta entre dos personas que por más que se quieren como nadie, decidieron estar juntos por egoístas y no porque sienten que les falta un trozo que cualquiera les puede completar.

Es un hecho: no nacimos para que alguien nos complemente. Estamos aquí, somos libres, independientes, y esa persona que elegimos para que nos acompañe en el viaje solo nos hace sentir más felicidad.

 

Crédito de la imagen: dailymail.co.uk   Música: Cory Gray

Locución: Israel Navarrete y Israel Navarrete

La música empleada en esta locución está registrada bajo una licencia Creative Commons.