Aquí existen dos posibilidades. Por un lado, que siempre te hayas sentido insegurx en tus citas. Por otro lado, que solieras sentirte segurx en su momento pero lleves demasiado tiempo sin tener una y haya nacido en tu interior un nerviosismo desconocido. Al menos en esa intensidad. En cualquier caso, no todo está perdido ni mucho menos. Según cuenta en Psychology Today la psicóloga especializada en relaciones Roxy Zarrabi, "el desarrollo de la confianza es como el desarrollo de un músculo: requiere intención, práctica y resistencia". Y, por supuesto, la implementación de una serie de técnicas muy concretas.
Busca un lugar cómo para ti
Como la creación de una rutina desestresante previa a las citas. En palabras de la propia Zarrabi, "considera qué actividades pueden ayudarte a liberar tensión y sentirte centrado en el día de tu cita". Tu estado mental en el momento decisivo marcará la diferencia. En esa misma línea, y de ser posible, la especialista te aconseja realizar, durante la cita en sí, alguna actividad con la que te sientas más seguro. ¿Eres buenx bailandx? Ponle un poco de dancing a la cosa. ¿Te sientes cómodx hablando de literatura? Entrad en alguna librería. Ya habrá tiempo de abandonar la zona de confort. Ahora mismo te viene bien.
No te quites valor: vales mucho
Además, añade Zarrabi, deberías "crear una lista de tus fortalezas e incluir en ella las razones por las que alguien estaría feliz de conocerte". Porque admitámoslo: ese déficit de confianza es fruto de la inseguridad, algo que puede trabajarse. Dedícale unos minutos a ponerte en valor. Ah, y visualiza cómo te gustaría mostrarte y desenvolverte en la cita: imagínate siendo segurx, decididx, risueñx e interesante. Imagínate siendo tú cuando los nervios no te atenazan como un cangrejo. Según esta experta, "la visualización es una práctica que la investigación ha demostrado que puede ayudar a mejorar el rendimiento y la confianza".
No hace falta que intentes agradar todo el tiempo
Al igual que puede hacerlo el hecho de cambiar el chip de "¿le estaré gustando" por ese otro chip mucho menos estresante de "¿me gusta?". Después de todo, "cuando te acercas a una cita con la intención de agradar a la otra persona creas una barrera que dificulta que se forme una conexión auténtica y aumenta la probabilidad de que no te sientas segurx", dice Zarrabi. Por el contrario, es mucho más empoderador sentir que tú también estás centrado en evaluar a la otra persona y descubrir cuánto valor tiene para ti. Además, retira tu atención de tu perfomance, lo que seguramente la libere. La sobreatención no conviene.
Aunque son las más importantes, existen otros mecanismos para ganar seguridad de cara a las citas que puedes poner en práctica. Como identificar las preguntas que son importantes para ti para hacerlas en la cita cuando la cosa se estanque. O como preguntar a citas pasadas para obtener feedback y mejorar. Si bien es raro, es un comportamiento que debería normalizarse. O como preguntar a tus colegas por tu estilo comunicativo para afilarlo. Al fin y al cabo, la comunicación es clave y sentirte confiadx en ese aspecto aún más. Por último, recuerda que solo es una cita. El peor escenario es que no surja nada. Ya ves tú.