Un instructor en Kung Fu Sexual te explica cómo tener (y provocar) orgasmos brutales

Disciplinas orientales como el sexo tántrico o el kung fu sexual te ayudan a alcanzar otros niveles de conciencia a través del sexo.

Cuatro largos años y más de 1.200 horas de formación intensiva con el maestro taoísta, Mantak Chia, en la escuela Tao Garden de Tailandia, son las credenciales con las que se presenta Mantak Chia. Muchos asociarán a este barcelonés de 42 años a su personaje en el porno como Ninja Squirt, en películas en las que compartía salpicaduras de fluidos con Nacho Vidal. Pero poco o nada tiene que ver con el instructor de Sexualidad Trascendental Taoísta o ‘Kung Fu Sexual’, como él lo llama, que ahora imparte talleres a personas de todo el mundo que quieren convertirse en algo así como el equivalente a dioses/as del sexo. Una metamorfosis en toda regla que ahora quiere compartir con el resto de los mortales.

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Kung Fu en chino significa la práctica diaria para mejorar en un arte. Lo del kung fu sexual no me lo he inventado yo sino que se ha usado en la medicina china desde hace siglos y, básicamente, lo que persigue es aprovechar la energía sexual que los hombres perdemos durante al acto sexual con la Kung Fu, explica José al otro lado del teléfono. Y, aunque parezca un poco flipante, en la media hora larga que dura nuestra conversación me cuenta desde cómo separar el orgasmo de la eyaculación a sus técnicas para masejearte la próstata metiéndose el dedo por el ano con aceite de coco o practicar yoga con el pene para mantener la tonicidad ideal en los ligamentos que sostienen tu herramienta sexual o conocer el orgasmo prostático, el equivalente masculino al punto G.

La clave está en reconducir la energía sexual

Aunque la explicación de su doctrina podría haber durado horas, por algo será que sus cursos tienen varios niveles y duran fines de semana enteros, creo retener al menos los conceptos más relevantes para intuir la magia de convertir la energía acumulada en el acto sexual en una lanzadera hacia otros estados de conciencia. Rollo LSD pero en sano y follando. “Piensa que cuando los millones de espermatozoides mueven sus colas a mil revoluciones por minuto se produce una bioelectricidad brutal que se puede reconducir por los canales de circulación energética del cuerpo y energizar nuestros órganos o expandir la sensación del orgasmo más allá de nuestros genitales”, continúa con su presentación José dejándome todavía más perplejo.

OK, seguramente, el que sepa algo de sexo tántrico ya se habrá dado cuenta de que en esencia el funcionamiento es el mismo, aunque Toirán insiste en que hay matices importantes entre ambas doctrinas: “El kung fu sexual y el tantra son primos hermanos, comparten objetivos aunque tienen prácticas diferentes pero lo que ambas buscan es desgenitalizar la sexualidad”. Pero, ¿qué tipo de personas pueden elevarse a los altares del kung fu sexual y qué podría conseguir un tío o tía random? “Hay objetivos para cada tipo de persona ya que son técnicas que nos permiten mejorar y no hay por qué tener ningún tipo de problema o disfunción. Al igual que hace un corredor de maratón o un futbolista, el sexo debería ser algo que se pueda entrenar”, apunta José.

En este punto, el experto sexual apunta algo que es una verdad como un templo: “En la vida se nos enseña a hablar, leer, calcular… pero nadie se ha tomado la molestia de explicarnos como funciona nuestro cuerpo durante el sexo, al menos no en el plano energético o espiritual”. Vale, eso es impepinable, pero es que hablando con José uno se da cuenta de que la inmensa mayoría no entendemos que el sexo es algo más allá que el ‘mete y saca’ o el BDSM para los más osad@s. “El hombre y la mujer viven la sexualidad de manera diferente. Mientras el primero está simbolizado por el fuego, la mujer es simbolizada por el agua. Entendiendo el punto intermedio en el que ambas energías se encuentran se puede empezar a trabajar con las técnicas que imparto”, resume José.

Esquivar la eyaculación como misión

Una vez más, y como suele ocurrir en todas las disciplinas orientales que buscan aumentar nuestro grado de conciencia, la meditación y el control de la respiración son la clave para manejar estas energías desatadas durante el acto sexual. Otro tanto son los estiramientos de los ligamentos que sostienen el pene que propone José, algo que recibe el nombre de ‘yoga de pene’ y que se merece artículo aparte pero que, básicamente, te garantiza erecciones potentes a lo largo de los años. Eso sí, al igual que debes ejercitar la parte física, de nada servirá si no se acompaña de la parte más espiritual. De hecho, una de las cosas que más impacto me causa es la recomendación que hace sobre la frecuencia por la que los hombres deberíamos eyacular a lo largo de nuestra vida.

“Hay que entender que eyacular frecuentemente es desperdiciar nuestra energía sexual o esencia de vida que, además, es limitada. Lo que ocurre es que los hombres nos hemos acostumbrado a eyacular frecuentemente y por eso vivimos en torno al 10% de nuestra potencial sexual día a día. Si conseguimos estimularnos sin derramar el semen podremos acumular toda esa energía y alcanzar niveles de hasta el 100%. Por eso mismo, cuando se tienen 20 años lo ideal es eyacular una vez cada cuatro días, en los 30 una vez cada ocho días, en los 40 cada 16 días, en los 50 una vez al mes y, a partir de los 60 años, lo ideal sería dejar de eyacular”, resume el experto.

Pero ojo, que esto no significa que te tengas que convertir en un monje asexual y que no te la toques ni con un palo, simplemente que seas más consciente cuando practiques sexo, ya sea masturbándote o en la cama: “Si te das cuenta de cuántos segundos te quedan entre el punto de no retorno y caer en el abismo de la eyaculación puedes actuar en él mediante la respiración o la posición de las piernas y evitarlo cargando tu cuerpo de una electricidad bestial”. El tema, o como se suele decir, ‘el más difícil todavía’, viene a la hora de elevar esa energía al cerebro para lograr estados alterados de conciencia. Lo que el tantra llama ‘elevar la kundalini’, vamos. Pero para eso primero hay que empezar por lo básico.

La mujer como ser multiorgásmico

Además, si estás un poco abrumad@ por tanto hablar de penes y semen, que sepas que las mujeres también pueden servirse del kung fu sexual para enriquecer sus vidas y elevarse a estos estados de plena conciencia a través de múltiples orgasmos. De hecho, es muy probable que sus técnicas sean de lo más necesarias para evitar esos bloqueos que impiden a muchas mujeres alcanzar el orgasmo, y por tanto, una vida sexual más plena. “Al igual que los hombres pierden su esencia de vida en la eyaculación, la mujer lo hace cada mes con la menstruación. Por eso, los maestros taoistas creen, por ejemplo, que mediante masajes en los senos se puede engañar al cuerpo para hacer pensar que está a punto de dar a luz y reducir las menstruaciones”, aclara.

De hecho, eso de que las mujeres no pierdan esencia durante el sexo, les ofrece posibilidades a otro nivel. “La mujer puede elevar la energía y bajarla durante el sexo porque no la está perdiendo. Por eso, su objetivo debe ser que su cuerpo tiene tres puertas que le llevan a tres tipos de orgamos distintos: clítoris, zona G y el epicentro o cuello del cérvix. El orgasmo clitoriano puede producirse por la pura mecánica, pero tengo una alumna que es capaz de sentir orgasmos mucho más intensos solo con la meditación y eso que no era capaz de poner un dedo en su clítoris porque su abuela le había pillado de pequeña y le había metido en la cabeza que era malo. Es un caso específico, pero la ruptura de ese bloqueo y la liberación posterior puede extrapolarse a todas ellas”, explica José que, acto seguido, pasa a detallar los matices cada uno de ellos.

"El orgasmo clitoriano tiene que ver con la forma de divertirse de esa mujer, hay tantas formas de estimularlo como maneras de pasarlo bien en la vida. El orgasmo de la ‘zona G’ que abre el cuerpo al proceso eyaculatorio requiere otra dinámica, otra forma de estimularse y de la activación consciente de unos movimientos del útero que favorecen la expulsión del líquido eyaculatorio, pero necesita también que esté presente un componente emocional: la CONFIANZA en la persona que le está estimulando. El orgasmo del cérvix es considerado sagrado por la aún mas profunda conexión emocional que genera entre los amantes", aclara dejando claro que lo físico, lo psicológico y lo espiritual han de trabajarse siempre en conjunto. 

Al final, resumir el kung fu sexual a un artículo es imposible, pero después de la charla con este instructor sexual es posible comenzar a entender que, en realidad, el sexo es la llave que abre las puertas hacia nuestros mundos interiores y que es la responsabilidad de cada uno de nosotr@s trabajar en ese autoconocimiento con las herramientas que están a nuestro alcance —llámese sexo tántrico o kung fu sexual—.