No sé si se había ido a por tabaco o se había tomado unas vacaciones; lo que está claro es que el concepto del hombre romántico es un fenómeno oscilante que nunca se fue pero que se había alejado despiadadamente de nuestros niditos de amor. Por suerte ya va asomando la cabeza y cada día se siente más cómodo de ser parte de las conquistas y las relaciones que lo estaban pidiendo a gritos. Mientras haya hombres románticos, habrá amor del bueno Hell yeah.
Además no es esa galantería antigua que te trata como si fueras un ser inferior al que tiene que proteger. Esta vez es amable y cortés porque tiene sentimientos, porque le interesas y porque le va más el slow love que el aquí te pillo aquí te mato. Tampoco tiene que querer casarse contigo, pero incluso un polvo con elegancia y savoir faire sienta mejor que uno de esos que te consume el alma en unos minutos.
Dónde están
Están encendiéndole un cigarro a una chica con una cerilla porque ellos ven en las cosas más simples el origen de un incendio. Están en una cafetería pasándote el azúcar antes de que levantes la mano para llamar al camarero. Están en la corteza de un árbol escribiendo tu nombre. Están en la playa poniéndote crema con cariño y delicadeza.
Los hombres románticos tienen un don especial y han vuelto a seducirnos. Están camuflados en cualquier sitio esperando a cualquier hora para sorprenderte y dejarse sorprender. A veces ni ellos mismos saben que lo son pero de repente un día te llaman porque sí, para contarte una chorrada. Y eso es romántico, eso es su tiempo para ti sin cortes publicitarios.
Por qué han vuelto
Para robarte una sonrisa, para hacerle sombra al verbo ‘currárselo’ y reírse de él. Han vuelto con una predisposición afrodisíaca que le ponen a todo lo que hacen para que la relación no se reduzca a consumir sexo, drogas y rock & roll – que está muy bien un tiempo, pero llena más que sacia –.
Lo que ha cambiado ha sido la forma de comunicación entre hombres y mujeres y la devaluación de la revolución sentimental de estas últimas décadas. Que hemos pasado del amor hippie al 'mañana si eso ni me llames'. Han vuelto porque con rivales como Tinder o Happn el partido está ganado.
Como reconocerlos
No confundas al tío que te idiopolliza con el que te conquista. El romántico va despacio y no tiene prisa, el idiopollizador te camelará con unas copas para que la cosa se acelere y os metáis en materia más pronto que tarde. El romántico tiene labia, quiere tener un buen debate filosófico contigo y va step by step; el otro es un prisas vende motos de pacotilla que primero quiere catar.
El romántico prioriza en el cómo y no en el cuándo. El idiopollizador no tiene intención de conocerte en todo tu esplendor, sino que aspira a darte un match y contárselo a sus amigos creyéndose súper guay porque sois compatibles; el romántico te propone ir a un libanés para poner a prueba tus niveles de culturalidad y entrar en tu vida dejando huella.
Chicas, tenemos ante nosotras una especie de hombre que aparentemente estaba en extinción pero que ha vuelto renovado y se ha dejado en casa los viejos clichés. Hagamos entre todas que merezca la pena y cuidemos bien de ellos para que se multipliquen. Chicos, gracias por volver, esto estaba muy muerto sin vosotros.