Crédito de la imagen: Emmanuel Rosario
Basta ya de ese absurdo mito de que los hombres solo aspiramos a ir de flor en flor y que desaparecemos en la noche como vulgares ladrones cuando la cosa empieza a oler a compromiso. No puedo hacerme responsable de todos los que son de mi género en este mundo, pero a muchos hombres también nos gusta enamorarnos, tener mariposas en el estómago, pasar la tarde en el sofá, pensar nombres para los niños y que esperar que nos quieran para siempre. A mí al menos me pasa y estoy seguro de que habrá tantos otros que compartan mis razones:
El amor no está pasado de moda

Tras toneladas de películas románticas que hacen subir la pota hasta la garganta, el amor aún resiste como idea destacada en nuestros días. Llegar a comprender a otra persona, entender sus miedos y sus alegrías, compartir las propias libremente con ella, sorprenderte cada vez que descubres algo nuevo en tu pareja, algo sanamente misterioso... eso que tan emparentado está con la empatía, es al amor y no lo dudes, difícilmente desaparecerá nunca de la faz de la Tierra. Llegar a ese estado con tu pareja es algo increíble. Sonará muy hippie, pero el amor mueve el mundo y evita que el planeta sea un infierno.
Siempre tienes plan

Si tienes pareja de repente te sientes la persona con más vida social del planeta. Lunes duermes en su casa, martes dormís en la tuya, miércoles descansas de tanto mambo y de tanto levantarse sin apenas haber dormido, jueves quedas con colegas y el viernes sales de fiesta y a las seis de la madrugada quedas con tu pareja decidís ir a casa a descansar... sábado de resaca en la cama todo el día haciendo el canelo y domingo cenita en el japonés de turno. Algunos tíos dirán que otros tíos desaparecen cuando tienen novia. Puede que tengan razón. Lo que no se preguntan es: ¿Será más feliz ahora?
Tener novia es revolucionario

En un momento en el que la publicidad, constantemente, te dice que puedes tener todo lo que quieras a un bajo precio y al instante, mucha gente ha empezado a pensar que nuestras relaciones humanas deben regirse por el mismo patrón. Se escuchan frases tan imbéciles como: "si tengo media docena de zapatillas que me pongo en función del pie con que me levanto, ¿por qué no puedo estar con muchas personas a la vez?". Las relaciones amorosas cada vez se asemejan más a las dinámicas de la oferta y la demanda; sólo hace falta ver cómo van las cosas en una discoteca ¡si parece la bolsa de Wall Street! El amor en pareja es preferir la calidad en vez de la cantidad.
El sexo puede llegar hasta el placer supremo

¿No estás cansado del mete-saca-martillo? ¿No te aburre que te follen como a muñeca hinchable? En el sexo, la confianza no da asco, más bien ayuda a que las cosas funcionen, más cuando decides conocer los últimos juegos aparecidos en el sex shop. ¿Se puede conseguir ese tipo de sexo en una primera y última noche? Quizás sí, pero no es lo más frecuente.
A pesar de este alegato por la monogamia, otras modalidades de relaciones como el poliamor o la promiscuidad, me parecen igual de válidas siempre y cuando sea eso lo que se desee. La monogamia es una opción que no por ser la mayoritaria en nuestra sociedad es mejor que otras; lo importante es el fondo, no la forma.