Me cansas. De verdad. Crees que mirarme con ese desprecio te convertirá en el 'macho alfa' del grupo o en la más cool de la ciudad. Y no es así. Porque me cansas, y no solo a mí, sino a todas las mujeres del mundo. Aburridas de escuchar lo mismo, de las mismas personas. Tus rumores, tus cotilleos, tus 'bla bla bla' sin sentido. Todo eso te lo puedes meter por donde más te apetezca. No por mí, sino por todas las féminas libres que tenemos algo que decirte.
No somos ninguna etiqueta
Deja de llamarnos 'sueltas', porque los únicos que a veces se aflojan son los tornillos de la cabeza, no los de la entrepierna. Ese mecanismo lo abrimos cuando nos da la gana, con quien nos apetece. Si pasamos una noche follándonos a medio barrio, ni te atrevas a llamarnos 'guarra', porque es nuestra decisión y son nuestras causalidades. Que somos seres libres capaces de razonar por nosotras mismas. Además, que disfrutemos de nuestra sexualidad sin pudores, que amemos nuestro cuerpo y nos vistamos siendo fieles a nuestro estilo - o a ese momento -, no nos hace vulnerables a tus deseos. Ni a tus acciones. Si no sabes guardar la polla en los pantalones, es tu problema, no de nuestros escotes. Porque tus necesidades no están por encima de nuestros derechos y libertades. Porque, cuando nuestra libertad se acaba, empieza la tuya.

Métete la lengua por el culo cada vez que nos llames 'putas', aunque sea por respeto a nuestras compañeras que son trabajadoras sexuales. Porque a nosotras no nos parece un insulto, más bien una profesión. Y porque las que no nos dedicamos a la prostitución, no follamos a cambio de dinero. Únicamente por placer.
Sí, nos gusta follar, ¿y qué?
Cada vez que una mujer habla con cierta preocupación sobre sus ligues y follamigos, damos un paso atrás en esta lucha por la igualdad de géneros. Porque a nosotras nos da el mismo placer que a ti. Nos encanta, lo disfrutamos, orgasmamos y nos ofrece las sensaciones más alucinantes que esta vida puede proporcionarnos. Si no puedes lidiar con eso, tienes un problema, querido/a. Deja de contar los amantes de las demás y empieza a preocuparte por los tuyos. Que nadie es más que nadie ni menos que tú. Bien que cuando encuentras a una chica con experiencia disfrutas de ella como si no hubiese mañana, pero luego, a sus espaldas, la llamas 'zorra' porque quizá también le haya apetecido follar con tu vecino. Pues a joderse, porque esa mujer es tan libre como tú y como tu vecino.

Empezad a disfrutar de vuestro sexo
Aunque, por desgracia, en ocasiones, las más machistas somos las mujeres. Incluso de forma individual. La sociedad nos educa para evitar la promiscuidad, pero, al mismo tiempo, nos cosifica en pantallas luminosas a pie de calle. Por lo que, si conoces a una chica que se haya acostado con diferentes personas, en vez de insultarla, respétala. Con el mismo respeto que, a día de hoy, la sociedad le otorga al sector masculino por esta misma acción. O cuando veas una foto atractiva en ropa interior de una mujer que haya querido compartirla en sus redes sociales con total libertad y pleno derecho; celebra la belleza femenina que nos une y que nos hace únicas.

Pero por encima de todo, dejad de contad. Olvidad los números. Dejaros llevar por vuestros instintos, por vuestras sensaciones, que todo fluya y que nada pese. Que aquellos que nos llaman putas, guarras, sueltas o zorras, no vivirán nuestra vida. Y esta vida se vive solo una vez. Así que empecemos a disfrutarla, pero, eso sí, con protección.