“Escuchamos, pero no juzgamos”: el nuevo trend viral en redes

Puede ser una buena herramienta para fortalecer la relación a través de la empatía, pero también una excusa para aliviar la conciencia sin pagar la factura

¿Qué le contarías a tu pareja que nunca le hayas contado si supieras que no va a juzgarte ni una pizca? Si tuvieses la seguridad de que nada de lo que sueltes por esa boquita iba a desencadenar una discusión. Si todo lo que fueses a recibir de vuelta fuese silencio y aceptación y, como mucho, en el peor de los casos, una cara de incredulidad. Porque esa es la premisa que se esconde tras la nueva tendencia viral en TikTok: la dinámica escuchamos, pero no juzgamos. Os ponéis unx al lado del otro, lanzáis vuestras confesiones y permanecéis en un estado hermoso y generoso de apoyo mutuo. Incluso cuando lo que llega a tus oídos de tu pareja escuece. Incluso cuando enciende la hoguera de tu rabia.

Y en principio es un trend saludable. Al fin y al cabo, es una herramienta a través de la cual domar la reactividad destructiva. Aprendéis a no responder de inmediato cuando sentís una emoción negativa y a sustituirlo por la calma y la reflexión. Nada malo sale de ahí. Ninguna de las parejas que habita este planeta se vería perjudicada de un poquito más de aplomo. Lo de entregarte a la sensación de turno, ya sea ira o celos o tristeza, sin dejarla madurar, suele estropear más de lo que arregla. Además, refuerza la escucha activa. Cuando no estás pensando en lo que vas a decir a continuación empiezas a escuchar de verdad a la otra persona. A entender sus matices. A percibir sus sentimientos.

¿Es posible escuchar sin juzgar?

Por otro lado, y en muchos casos, es una dinámica que une mucho gracias al humor. Como puedes ver en muchos de los vídeos de escuchamos, pero no juzgamos, muchas de las confesiones tienen que ver con pequeños detalles que no son como unx de lxs miembrxs de la pareja cree que fueron. Quizás en la primera cita estaba borrachx y no lo sabías. O tienes algún truco moralmente gris para hacer que deje de roncar. O en realidad no le gusta nada esa serie que tenéis de cabecera desde el inicio de vuestros tiempos y que tú das por hecho que es VUESTRA serie. La decepción aderezada con risas y con empatía es mucha menos decepción. Es un puente más amable hacia la verdad.

Pero no todo son maravillas. En realidad, y por muy buenistas que queramos ponernos, escuchar sin juzgar no es una opción creíble. Después de todo, los sapiens somos animales críticos. Es inevitable. Sí, lo que podéis hacer como pareja, y eso está guay, es juzgaros desde un lugar más solidario y menos egocéntrico. Analizar lo que confiesa la otra persona con la mente abierta y el corazón mediante. No obstante, tu mente no va a tratar la información que sale de labios de tu pareja como si fuera la de un personaje de una película. Es algo que te va a llegar. Y está bien que así sea. Porque de lo contrario este escuchamos, pero no juzgamos se convertiría en una dinámica muy oscura.

¿Qué? ¿Te dice tu pareja que te fue infiel varias veces al inicio de la relación y tienes que quedarte de brazos cruzados porque una moda de las redes lo establece? ¿Le cuentas que le miras el móvil de vez en cuando para relajar tus celos y no puede enfadarse? ¿Os confesáis movidas que claramente son disfuncionales y debéis interiorizarlas sin debate? No tiene sentido. Eso no es una puerta a la autenticidad: es una puerta a la toxicidad. Sí, el trend puede uniros aún más como pareja, pero solo si estáis dispuestxs a tiraros al barro. Pasar del escuchamos, pero no juzgamos al escuchamos y juzgamos con amor. Al escuchamos y lo hablamos desde la constructividad. Esa es la verdadera clave.