Lo entiendo: has creado un monstruo. Llevas tanto tiempo pensando en esa persona, tanto tiempo esperando alguna señal, que las pequeñas inseguridades han mutado en temores de otro mundo. Has desertado de cada plan minuciosamente detallado que diseñaste y has rebotado del valor a la parálisis más de un millón de veces. Las has tenido ahí, día sí, día también, en la punta de la lengua, esas dos palabras que te liberarían y te abrirían a un futuro de amor: "me gustas". Bastaba con un segundo más, pero no hiciste nada y ahora ya no sabes cómo salir de ahí. Tranquilo. Hemos venido a ayudarte. Ahí van unas cuantas formas de sincerarte porque, como dijo un sabio, si te gusta, tienes que decírselo.
Paracaidismo
No es una metáfora. Si eres tan tímido que desearías contar con un interruptor para desaparecer después de una hipotética declaración, cualquier deporte de riesgo es un clavo ardiendo para ti. No solo porque el cañonazo químico pone las emociones y los pensamientos patas arriba, sino porque en cada uno de ellos tienes la oportunidad perfecta para soltar la bomba sin que te explote en toda la cara de inmediato.
Díselo un segundo antes de lanzarte al vacío desde un avión, antes de que salte desde un puente, con una nota plastificada que incluya un escueto pero elegante "me gustas" en tipografía avant garde. Claro, que si le importas tanto como para hacer alguna de estas cosas contigo, quizá el trabajo esté hecho y lleves meses haciendo el idiota o te vea solo como a un amigo.
Una suscripción a Netflix
Reconozcámoslo: las series de televisión son el chocolate del siglo XXI, el compuesto de dopamina, serotonina y endorfina que más adictos tiene alrededor del planeta. Netflix, la esquina donde se vende el material más exquisito. Si regalándole una suscripción mensual la anual equivale a una petición matrimonial no comprende que tus intenciones van mucho más allá de la risueña y parca amistad que habéis fabricado, nada podría hacerlo. Es la muestra definitiva de amor añádele una notita o algo, cúrratelo un poco. La versión milenial del añejo soneto romántico. Si no lo asimila, no te merece.
Un Instagram Story
Gran parte de la responsabilidad de que seas tan dubitativo y asustadizo en tus relaciones sociales la tiene tu adicción a internet. Te has escondido tras los emoticonos durante tanto tiempo que has olvidado ese 'todo o nada' de aquellos hombres que cruzaban resueltos toda una sala para invitar a bailar a una mujer o ellas a ellos, cuidao. Pero no te preocupes: hay maneras estilosas de declararse en las redes sociales sin parecer un pusilánime.
¿Cómo? Cuenta en un instagram story, con convicción y entusiasmo, todo lo que siempre has sentido, pero no menciones nombre alguno. Cuando hayan pasado unas horas y todos tus contactos se pregunten a quién iba dirigida toda esa diatriba, mándale un breve mensaje privado y dile que era ella, que siempre ha sido ella.
Vete lejos
Sí, lo sé, lo último que deseas entre todas las cosas de este mundo es alejarte de tu persona amada. Sin embargo, todos sabemos lo difícil que resulta alterar la naturaleza de una relación cuando se ha solidificado. Un pequeño viaje te dará la oportunidad de poner distancia entre vosotros dos y activar la permutación. Llámale o escríbele y cuéntale que acabas de entender como si no llevaras meses entendiéndolo que todo lo que querrías en ese instante es que estuviera ahí contigo. Quizá tu futura pareja qué optimistas somos haya experimentado lo mismo a lo largo de esos días de separación. Quizá no. Pero al menos habrás conseguido superar el bloqueo "amiguil" y, de paso, hacerle creer que es algo espontáneo, que no llevas todo este tiempo atrás disfrazando de camaradería lo que en realidad era algo más.
LA LA LAND
Alguien exigente te pediría que compraras un piano, estudiaras jazz durante lustros y compusieras alguna pieza musical de inapelable melancolía. Por cuestiones de tiempo, dinero y salud mental, yo voy a pedirte algo mucho más sencillo. Todo cuando tienes que hacer es comprar un par de entradas para la sesión nocturna de alguna pieza musical de inapelable melancolía, esperar a ese momento decisivo que rompe la historia de la película en dos, miraros a los ojos y decirle que tú, sí tú, aviso: sutil spoiler te irías con ella o él a la ciudad de los cruasanes. La inapelable magia del momento jugará a tu favor.
Sé valiente y honesto
Pero quizá estés cansado de planificar. Harto de medir los milímetros y ajustar los segundos. Quizá hayas desechado la idea de forzar el fotograma perfecto de la escena perfecta de la película de Hollywood perfecta. Quizá hayas terminado con todas estas triquiñuelas que parecen salidas del manual de juego de Barney Stinson. Quizá solo quieres respirar hondo y entregarte a ese último movimiento en apariencia tan sencillo: Barney Stinson. Si has logrado fusionar los trozos de autoestima que llevas meses olvidando en minúsculas derrotas y estás decidido, no esperes un segundo más. Búscale, llámale. Porque recuerda: lo más efectivo no es siempre un gran gesto, sino lo más simple y, en este caso, tu confianza será el arma definitiva.