Todas las relaciones tienen vaivenes. Es una realidad que todas las parejas deberían tener muy presente para no alarmarse a las primeras de cambio. Tras unos años juntxs, hay semanas en las que tienes algunas dudillas y otras en las que te sientes muy a full con la otra persona. Y lo mismo le ocurre a él o ella. Hasta ahí nada anormal. No obstante, las relaciones también pueden entrar en una dinámica permanente de falta de amor romántico que, esto sí, puede terminar destruyéndolas definitivamente. Y antes de que tengáis la conversación y cada unx vaya por su camino, la especialista Tara Denneny os plantea probar con dos estrategias de reenamoramiento. No tenéis nada que perder.
La primera de ellas es sencilla: tomaos descansos. En palabras de Denneny, “esto puede parecer contradictorio, pero tomarse un tiempo aparte de tu pareja puede ser una forma eficaz de reavivar el romance”. Y por múltiples razones: la no disponibilidad total de la otra persona genera cierta sensación de atracción, se crea el espacio necesario para que os echéis de menos, os enriquecéis fuera de la relación y todo eso que adquirís lo lleváis luego a la misma haciendo que sea menos predecible y, además, evitáis viciaros dentro de un ambiente saturado. Y ojo: no se trata únicamente de pasar más tiempo con tus amigxs o con tu familia en tu cotidianeidad. También se trata de volar un poco.
En concreto, la experta te recomienda realizar un viaje solx. “Según las investigaciones, viajar en solitario puede ser una forma poderosa de lograr un cambio positivo en términos de escape, felicidad, empoderamiento, crecimiento personal y autorrealización. Además, y en relación a tu pareja, “la perspectiva que obtienes al pasar tiempo a solas en un nuevo entorno puede ayudarte a redescubrir la atracción inicial que compartías con tu pareja”. Pero esto no significa que debáis dejar de hacer cosas juntxs. Simplemente deberías reservar tiempo también para explorar la vida por tu cuenta. Y lo mismo debería hacer tu pareja. En la variedad está la clave. Permitíos respirar sin juicios.
Y permitíos asimismo ser espontánexs. Porque esa es la segunda recomendación de Denneny. Bajo su punto de vista profesional, las parejas van entrando poco a poco en un modo piloto automático que termina por aburrir. La emoción desaparece. En este sentido, cualquier cosilla que se salga de lo habitual puede ser un estímulo para tu relación: un mensaje de texto inesperado, una cita sorpresa para almorzar en medio de un día cualquiera o incluso algo más atrevido como un “vayamos a la estación y pillemos el primer tren que salga”. Salid del guión. No deis por hecho que la otra persona no desea aventura porque en el fondo de su corazón lo hace. Impulsaos mutuamente.