Todas, absolutamente todas las mujeres, tenemos esos pequeños complejos que nos gustaría cambiar. Que si me veo gorda, que si mi celulitis y mis estrías son feas, que si mis tetas son pequeñas o están caídas, y ese largo etcétera que nos perjudica gravemente cuando tenemos relaciones sexuales. Pero no nos damos cuenta de que, si tenemos este tipo de actitud en la cama, bajamos nuestra propia líbido y la de nuestra pareja. Pero claro, esos defectos siguen ahí y no solo eso, sino que nos encargamos de convertirlos en un problema cuando estamos teniendo relaciones sexuales con otra persona. Pues se acabó.
"Estoy gorda y no le voy a gustar"
Con esa actitud seguro que no se le pone ni dura. Este es uno de los complejos más comunes en las mujeres, sobre todo de aquellas que no tienen un cuerpo dentro de los cánones de belleza impuestos por la sociedad y por la industria de la moda. Pero, ¿sabes?, el cuerpo curvy está ganando la batalla y se está cansando de ser tratado como el patito feo. Porque una mujer es maravillosa, tenga más curvas o menos, esté delgada o esté gorda.
Olvídate de follar con la luz apagada y empieza a tomar las riendas de tu maravillosa vida sexual y de tu increíble cuerpo. Porque piensa que gracias a él vas a poder sentir y experimentar todas esas caricias y placeres que te brinda la vida. Y recuerda que solo tienes una oportunidad: no vivas pensando en lo delgada que te gustaría ser o en los pliegues de tu barriga, porque te arrepentirás. Ponte tu mejor ropa interior, aquella que te ofrezca una dosis extra de confianza, e intenta disfrutar del sexo pensando sólo en el momento. Verás que tendrás el mejor orgasmo de tu vida, gracias al amor que sientes por ti misma.
"Mis tetas son muy pequeñas/caídas/asimétricas/feas"
Los pechos de la mujer forman una de las zonas erógenas más importantes de nuestro cuerpo y por eso tenemos que darles las gracias. Además, la mejor forma de que tu amante no se fije en tus complejos es no mostrándolos. Y con eso no quiero decir que vayas con sujetador todo el día, sino que no te sientas insegura cuando estés completamente desnuda. Porque eso hace que la persona se focalice en tus pechos cuando no se hubiese ni fijado. A muchos hombres y mujeres les encantan los pechos pequeños, a otros no les importa que estén un poco caídos y sobre todo, nadie se fija si tienes una teta más grande que la otra. Así que, fuera el sujetador y aloha naturalidad.
"No me he depilado"
¿Y qué? Tienes vello en las zonas donde tu cuerpo necesita tenerlas. Que depilarte te ofrezca una seguridad artificial, no significa que el vello sea algo feo o que te impida disfrutar de las relaciones sexuales. A la gran mayoría de personas no les importa que una vulva tenga pelo. Y si le importa eso, mándalo a la mierda bien lejos de ti.
"¿Y si no le gusta mi olor?"
El olor íntimo de una mujer es único. Cada una de nosotras huele de forma diferente y eso es una virtud, lejos de un defecto. Hay mujeres que su flujo huele más fuerte y a otras les sabe más ácido. Exactamente igual que cada axila desprende un olor personal casi tan propio como nuestra huella dactilar. Hazlo tuyo, ámalo, porque es tu sexualidad en estado puro. Olvídate de los perfumes íntimos y deja que tu vagina huela como debe oler. Hay hombres que pagan muchísimo dinero por unas braguitas con olor íntimo. ¿Crees entonces que tu amante querrá oler tu perfume o querrá olerte a ti?
En la cama, lo más importante es la actitud. Si tenemos complejos o estamos constantemente pensando en ellos, genera una inseguridad visible para tu amante. Disfruta de tu cuerpo, de todos tus rincones que son sensibles al tacto, ama virtudes y olvida tus defectos. Al fin y al cabo, somos seres humanos y ninguno es perfecto. Pero todos somos únicos. O como decía el sombrerero loco en Alicia en el país de las maravillas: No pierdas nunca tu muchedad.