Ha empezado a asustarme la necesidad de algunas amigas y conocidas por encontrar a su medio limón. Es tal la aprensión de algunas chicas a quedarse "solas", que aceptan incluso especímenes dignos del zoo y no de una pareja. Y no hablo de tías petardas inaguantables que solo pueden rezar para que alguien quiera tocarlas con un palo. Hablo de chicas estupendas, brillantes, con sentido del humor, valientes y muchas veces extremadamente guapas. Son ángeles caídos del cielo. Y, en cambio, mueren de pánico ante la idea de que no las quieran, o si las quieren, de no estar a la altura de sus compañeros de viaje.
Y yo me pregunto: ¿por qué chicas impresionantes piensan que tienen suerte de estar con un chico cuando, en realidad, es él quien debería sentirse increíblemente afortunado de estar con ellas?
Ella
Esa chica, sí. Esa que lleva más de un año sola porque ha querido darle prioridad a sus sueños, a su carrera. Esa chica que hace que todo su alrededor sienta la fuerza magnética que transmite. Tal vez es su imponente presencia, su risa, o tal vez es solo el modo en el que parece no necesitar a nadie, aunque demuestra que todos somos bienvenidos.
Él
Él quizá se cree artista, pero en cualquier caso vive del aire, y documenta todas sus banalidades en Instagram; su gato, su guitarra sin tocar y su caja vacía de cereales. Si le pincharan le saldría algodón de dentro, como a un peluche lindo pero inerte.
Ellos
Y entonces ellos se conocen, y de pronto, todo lo que ella es queda anulado. Es como si se transformase en una marioneta que se pone a hacer piruetas frente a su público. Mírame, escúchame, enamórate de mí, por favor, cree que soy especial. Soy especial, ¿soy especial? Tal vez no, pero tal vez tú puedas hacerme sentir así.
Ahora él vive de ella, y no parece molestarle, no siente culpa, no siente remordimientos, no siente nada. Si le pregunto a ella por qué le quiere, me responde que se siente afortunada de tener un novio. Ella, que rezuma individualidad. Ella, que tiene algo que decir. Ella, que tiene opiniones feroces. Entonces él debería estar agradeciendo a las estrellas, a la mayor potencia del universo y a la diosa de la Madre Tierra el tener una chica como ella.
Nosotras

Todas las mujeres del mundo deberían conocer su valor. Incluso las que pensáis que vuestros novios poseen la luna y son los responsables de que las estrellas brillen en el cielo cada noche. Ellos siguen teniendo suerte de teneros. Y desde luego, si no se dan cuenta, ya les podéis ir mandando a freír espárragos.
Dejad de pensar que él es todo vuestro mundo, cuando vosotras sois el mundo entero.
Y lo sé: puede ser duro caminar en soledad. El mundo puede parecer demasiado grande, y es fácil sentirnos como si pudiéramos desaparecer en medio de todo. Pero tratad de recordar que no sois la damisela en apuros que creéis. Las mujeres por naturaleza somos feroces; somos como la gran leona que gobierna la selva salvaje. No hay nada en el mundo que no podamos lograr.
No necesitáis a nadie para salvaros. Sed vuestro propio caballero andante.