Llevas un tiempo pensándolo pero no sabes muy bien cómo lo encajará. Cada vez que has intentado insinuárselo se ha puesto a la defensiva. Pero le quieres y te duele verlo pasarlo mal aunque ni él mismo se esté dando cuenta. No se merece ese trato. ¿Cómo decirle a tu amigo que su pareja no le trata como se merece y no parecer el malo de la película?
Asegúrate de lo que ves
El primer paso y el más importante es asegurarte de que aquello que crees que está pasando es verdad. Aquí no valen los cotilleos o las informaciones a medias voces, tienes que estar seguro 100%. Ten en cuenta que vas a tratar un tema complicado y es la relación de pareja de tu amigo. Por ello, antes de actuar puedes reflexionar sobre cómo te gustaría que te lo dijeran a ti. No te envalentones y digas que querrías que te lo dijeran tal cual porque en temas del corazón siempre todo es más delicado de lo que parece.
Ten presente que, aunque tu intención es buena, puedes destruir ilusiones, desbordar sentimientos y sobre todo, si va bien, hacer caer al suelo a alguien que volaba entre nubes. Tampoco te asombres si no pasa nada, a veces el amor nos ciega y no vemos más allá hasta que la agridulce idealización desaparece. Y por último, no olvides que también existe la posibilidad de perder a un amigo. Pero ya sabes, en ocasiones más vale correr riesgos que permanecer inmóvil.
Busca un buen momento para hablar con tu amigo
Si has podido probar que lo que piensas es verdad y has decidido arriesgarte, el siguiente paso es buscar un momento adecuado para contárselo. Por favor, no se lo digas cuando estés cabreado o cuando justo ha pasado algo que confirma lo que piensas. Es un tema delicado y como todo, necesita de un ambiente calmado, libre de contratiempos y en el que os encontréis los dos solos. Incluso, puedes proponerle un plan tranquilo o hacer realidad uno de esos cafés pendientes. Además, siempre es importante que chequees cómo se encuentra porque si no está bien, no habrá una buena receptividad por su parte.

Cuida tus palabras cuando te sinceres
Este paso tampoco es fácil y tiene que estar libre de prisas. No se lo sueltes nada más terminar de saludaros, ten paciencia. Puedes preguntarle por ejemplo cómo se encuentra con su pareja y cómo les va para ir introduciendo el tema. Quizás te sorprendas al escuchar su opinión, ya sea porque se sincere y sea consciente del problema o porque te cuente todo lo contrario.
Si tu amigo es consciente tienes muchos más puntos a favor para que la conversación no acabe con un final desagradable porque implica que de algún modo está en sintonía con lo que piensas. Pero si no es así, tienes que tener más precaución. Transmítele que te gustaría hacerle saber, decir o compartir algo que has percibido para ver qué opina. No empieces por lo malo porque se cerrará en banda. Busca las virtudes de su pareja, dile que probablemente es una persona maravillosa pero...
Lo importante es dejarle claro que es tu opinión y no una sentencia. Para ello, tienes que ser muy selectivo con las palabras que vas a decir. Cuídate de usar calificativos negativos o etiquetas y utiliza siempre expresiones en primera persona como "pienso o siento que..." de esta forma quedará claro que es tu opinión y no una verdad absoluta o una acusación. Luego, puedes explicarle qué es lo que te ha llevado a pensar así ayudándote de situaciones que has presenciado, siempre chequeando cómo se encuentra. Y si te pide parar, tienes que respetarlo.
Por último, es conveniente lo escuches en todo momento y que le hagas saber que se lo dices porque lo aprecias y valoras. Tu amigo tiene que sentirse cómodo, no acusado ni juzgado. Ahora bien, si a lo largo de la charla has notado que la tensión ha ido aumentando puedes abstenerte y cortar el plan para buscar otro momento.
Entiende su proceso
Una vez terminada la conversación queda la parte más importante del proceso para tu amigo: estar de acuerdo, hacer como si nada, enfadarse o estallar en cólera. Sea cual sea, lo tienes que entender. No es sencillo afrontar algo que no hemos percibido y más si se trata de temas que tienen que ver con uno mismo. Todos necesitamos un tiempo de asimilación. Incluso puede que si se molesta en un primer momento, con el paso de los días cambie de opinión.

Pase lo que pase, hazle ver que siempre estarás
Déjale claro cuál es tu posición: eres su amigo, lo aprecias y por encima de todo, la amistad es lo más importante. Transmítele que no quieres perderlo y que simplemente, has hecho lo que mejor considerabas y que has actuado como te gustaría que hicieran contigo.
Por último, no olvides que ante esta situación hay muchos factores en juego y muchas formas de actuar. Lo importante es que consideres estos puntos, hagas balance de todo y tomes una decisión. Porque aunque no exista un modo de actuar correcto, sí está presente el sentimiento de amistad hacia tu amigo y tu buena intención.